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Los altos mandos policiales niegan que Interior ordenase eliminar los vinculos entre ETA y el 11M

  • El jefe de la Policía Científica dice que no le ordenaron retocar el informe del 'ácido bórico'
  • Otro mando policial sostiene que el informe origina contenían "juicios de valor"
  • Uno de los autores del mismo cree que suprimir a ETA era "una orden de la superioridad"

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El comisario general de la Policía Científica, Miguel Ángel Santano, y el secretario general de la misma, Pedro Luis Mélida, han negado que recibieran orden alguna del Ministerio del Interior para rechazar y rehacer el informe sobre el ácido bórico que relacionaba ETA y el 11-M.

Así lo han manifestado Santano y Mélida en el juicio que se sigue contra ellos y contra otros dos mandos policiales en la Audiencia Provincial de Madrid, donde las acusaciones populares -única parte acusadora en la causa- piden para ellos penas de entre 6 y 9 años de cárcel y de entre 6 y 18 de inhabilitación por presuntos delitos de falsedad documental y falso testimonio.

"No recibí ninguna orden ni instrucción de mis superiores. Y quienes me conocen saben que si doy órdenes es para acelerar una investigación y no para eliminar indicios", ha sostenido Santano.

"Un problema resuelto"

El comisario ha explicado que, durante las vacaciones de Semana Santa de 2005, Mélida le comunicó por teléfono que había habido un "problema" con unos peritos que se negaban a modificar un informe pero que "el tema ya estaba resuelto" porque se lo había encargado al también procesado Francisco Ramírez, jefe de la sección de la Unidad de Análisis.

Ramírez ha reconocido en el juicio que modificó el informe.

"Sólo me intereso cuando no está resuelto", ha reconocido Santano, que ha añadido que hasta septiembre de 2006 no volvió a tener noticias de ese informe, fecha en la que, según ha manifestado, solicitó toda la documentación existente al respecto y elaboró una nota informativa que remitió a la Audiencia Nacional.

Por su parte, Mélida ha relatado que esas observaciones no eran "lógicas" y ha considerado que los peritos estaban haciendo "juicios de valor, que escapan a lo que es el contenido de un informe pericial", por lo que las tachó y ordenó que se rehiciera el informe, lo que no aceptaron los expertos periciales.

"Ni en esta ocasión ni en mis 29 años de profesión he recibido una orden de tipo político, que sería una orden manifiestamente injusta", ha apostillado Mélida, que ha señalado que su decisión no fue "discrecional" sino amparada en las normas del Cuerpo.

"Por orden de la superioridad"

Esta versión contrata con la dada por Manuel Escribano, uno de los peritos autores del informe, que relacionaba a ETA con el 11-M a partir del hallazgo de ácido bórico en el domicilio de uno de los condenados por los atentados amparándose en que este compuesto químico que se encontró en un piso franco de la banda terrorista en Salamanca en 2001.

Escribano ha asegurado que cuando entregó su informe a Ramírez éste le dijo que "por orden de la superioridad" había que eliminar las referencias a ETA.

"La palabra ETA era lo que estorbaba", ha aseverado el perito, que ha añadido que él hizo esas observaciones porque consideró "excepcional" el hecho de que el ácido bórico hubiera aparecido en otros "dos hechos terroristas anteriores" y pensó que era "imprescindible" para la investigación policial y judicial.

"Estoy plenamente convencido de que habría cometido un delito si hubiera ocultado estos dos antecedentes", ha insistido para después manifestar que cuando se negó a eliminar esas alusiones, Ramírez le dijo que no haría nunca más asuntos de terrorismo.

Por su parte, otro de los implicados, el jefe de la Unidad Central de Analítica, José Andradas, ha explicado que "por iniciativa propia" y después de que "se empezara a hablar" en los medios de comunicación sobre el mencionado informe, solicitó a los tres peritos que "localizaran" todos los estudios que habían realizado sobre el 11-M.

Fue entonces, en julio de 2006, cuando Escribano le dio una minuta en la que, además de otros informes, figuraba el del ácido bórico, sobre el que los peritos sostenían que el original que ellos elaboraron y del que proporcionaron una fotocopia, se había modificado para eliminar sus referencias a ETA.