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Baja participación en el referéndum de Irlanda, mientras la UE sigue en vilo

  • La asistencia a las urnas ronda el 20% a media tarde, aunque se espera que suba al final
  • Si vence el no, acabaría con el Tratado de Lisboa, que sustituye a la fracasada Constitución

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Irlanda espera el resultado del referéndum

Los colegios electorales han cerrado en Irlanda. La baja participación es la nota más destacada en el referéndum que celebra el país para decidir si acepta o no el Tratado de Lisboa; un sondeo de la Radio Televisión de Irlanda sitúa la participación en el 40%, aunque otras fuentes rebajan la cifra hasta el 35%.

Mientras, el resto de la Unión Europea aguarda en vilo los resultados de la consulta, que no se conocerán hasta el viernes, ya que una victoria del no sumiría de nuevo a los 27 en la crisis de gobernabilidad que ya sufrieron cuando franceses y holandeses rechazaron la Constitución Europea, el texto al que debe sustituir el Tratado de Lisboa.

Irlanda es el único país obligado por su Constitución a someter el tratado a referéndum, de forma que el futuro de los 490 millones de ciudadanos de la UE depende en gran medida de lo que decidan los más de tres millones de irlandeses llamados a las urnas.

Los indecisos deciden

Las últimas encuestas, publicadas durante el fin de semana, muestran un empate técnico entre los partidarios y los detractores del Tratado, con una estrechísima ventaja del si, por lo que será decisivo el 25% de indecisos.

En este sentido, la baja participación registrada hasta ahora parece favorecer las aspiraciones de los antieuropeístas. A última hora de la tarde, la afluencia a las urnas se situaba en torno al 25%, más alta en las zonas urbanas que en las rurales y entre las clases medias que entre las trabajadoras, en línea con las anteriores consultas.

No obstante, se espera que la abstención, principal enemigo del si, no llegará al nivel registrado en el primer plebiscito sobre el Tratado de Niza en 2001, cuando apenas un 34,7% de los ciudadanos ejerció su derecho al voto y acabó rechazando ese texto.

El primer ministro da ejemplo

Quedará por ver si el Gobierno y sus aliados durante la campaña del referéndum -los principales partidos de la oposición, la mayoría de los sindicatos y la patronal, entre otros-, han logrado motivar a sus votantes y convencer a los ciudadanos.

Para dar ejemplo, el primer ministro irlandés, Brian Cowen, ha votado temprano, señalando que su campaña sobre el referéndum ha sido "positiva y honesta", al tiempo que se mostraba confiado en una victoria final del si.

La entrada en vigor del Tratado de Lisboa, que pretende reforzar las instituciones comunitarias y agilizar la toma de decisiones, entre otras medidas, requiere la aprobación de los 27 estados miembros.

En esta ocasión, a diferencia de lo ocurrido con la fracasada Constitución, se ha optado por obviar el recurso a los referéndum: hasta 14  Parlamentos nacionales han ratificado ya el Tratado. Sin embargo, la consulta popular es insoslayable en Irlanda y, si fuera rechazado, la UE se encontraría de nuevo sin un plan alternativo para mejorar su gestión.