José Tomás cambia "la puerta grande por la de la enfermería"
José Tomás ha vuelto a arrasar en Madrid. Tres orejas a cambio de tres cornadas, una de ellas, grave, en el muslo derecho y aún pudo ser peor la cosa puesto que ha resultado cogido hasta en cuatro ocasiones.
En su segunda tarde en Las Ventas ha cambiado la puerta grande por la de la enfermería, tras una actuación épica, donde el valor sin límites, la quietud absoluta hasta en los momentos más comprometidos y la entrega total han reemplazado a la perfección técnica y la exquisitez de su anterior tarde madrileña.
Sin toros propicios, el sentido de la responsabilidad ha llevado a José Tomás a ofrecer su otra versión, la búsqueda del triunfo a sangre y fuego, poniendo en un puño el corazón de los aficionados, mientras le ven jugarse la vida, literalmente, en cada pase.
En la tarde ha pesado mucho la emoción que emana de la autenticidad de una fiesta, como es ésta de los toros, que está basada en el riesgo. José Tomás es posiblemente el único que lo asume hasta las últimas consecuencias y ahí radica la diferencia con las restantes figuras. Por eso impone tanto, por eso se le respeta más.
Aunque después del desasosiego que nos ha hecho vivir este domingo, todos quisieramos verle en la plenitud de su primera actuación, en su otra versión, igualmente responsable, igualmente triunfal, pero con un final feliz.