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ENTREVISTA A RICARD ROBLES

"El Sónar es un punto de encuentro para los artistas emergentes"

Ricard Robles, es, junto a Enric Palau y Sergi Caballero, director del Sónar desde su nacimiento, en 1994. Siempre han intentado que este festival sea una plataforma de artistas emergentes, y han conseguido, además, que la música electrónica figure en el circuito normal de festivales. 

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Ricard Robles es co-director del Sónar.
Ricard Robles es co-director del Sónar.

Pregunta. El Sónar ha llegado a los 15 años de vida, ¿cómo ha evolucionado y qué diferencias hay respecto a sus inicios?

Ricard Robles. Hay unas diferencias notables en cuanto a dimensión y formato. El festival ha ido adaptándose según ha crecido el evento en muchos aspectos, en difusión, músicas de vanguardia. En el 94 había muy poca actividad, no había revistas especializadas ni un circuito de salas. Eso ha cambiado mucho en todo este tiempo y el Sónar ha asumido un papel de escaparate, de punto de encuentro de una escena que va creciendo.

P. ¿Cuál ha sido y es el objetivo del festival?

R. R. La intención que tenía el Sónar en 1994 aún continúa vigente. Tiene la voluntad de ser un punto de encuentro del público, de artistas y de profesionales. Los artistas que acuden tienen la oportunidad de que los profesionales distribuidores de discos o de contratación de giras los vean y contraten para otros eventos. Asimismo, también puede venir gente que no es consumidora diaria de música electrónica, pero que encuentra la motivación de venir para descubrir cosas que no encontrarías en otro lugar.

P. ¿Crees que el Sónar ha variado la visión de la gente de la música electrónica? 

R. R. Creo que el festival es una muestra de cierto nivel de los nuevos discursos musicales. Ha conseguido captar la atención de los medios de comunicación, tiene un papel de difusión de las artes de vanguardia y esto ha derivado en que de cada vez se producen más espectáculos y en que el fenómeno música electrónica se ha normalizado, a pesar del mal momento por el que están pasando las discográficas, promotores y medios especializados. 

P. ¿Hacia dónde se dirige el Sónar, continuará predominando su faceta musical?

R. R. El Sónar conjuga mucha actividad musical con muchas acciones de arte de vanguardia. Cada cosa tiene su espacio, y lo mejor es que haya una combinación natural. Creo que los espacios que hemos creado cumplen esta función. Por ejemplo, en el día hay más equipamientos culturales pensados para actividades de tipo expositivo y divulgativo. Pero predominarán los espacios dirigidos a la música. 

P. Este año el cartel está muy dirigido a las mujeres que hacen música electrónica, ¿crees necesaria esta diferenciación?

R. R. Este gesto no ha sido una voluntad expresa del festival. En el momento de configurar el cartel interesaban propuestas lideradas por mujeres, y sin darnos cuenta, llegó a haber más presencia femenina, tanto en música en general, como en las propuestas de vanguardia. No podíamos obviar el factor femenino, que abarcaba desde el pop preciosista hasta el discurso hip hop más reivindicativo. Las mujeres representan un papel de auténtica renovación, pero sin voluntad puramente política.

P. ¿Qué grupos crees que podrían despuntar este año?

R. R. El festival no pone etiquetas de lo que está bien o mal, de lo que puede o no triunfar. El grueso del cartel del Sónar Día está compuesto por artistas emergentes nacionales, catalanes, de corrientes musicales muy experimentales y que acceden con mayor dificultad a circuitos mas amplios. En esta franja acuden más profesionales y prensa que dicen qué es lo que destaca. El Sónar es un punto de encuentro y luego podemos verles en otros festivales. 

P. ¿Cuáles son las apuestas más arriesgadas de este año?

R. R. Hay artistas que destacan, talentos locales con corrientes muy experimentales a los que les dedicamos un escenario completo. También queremos destacar que por primera vez hemos incluido músicos africanos, ya que en África también hay música experimental, en países como Angola o Congo. Captan influencias del exterior, las reciclan con su cultura y crean música con tecnologías sorprendentes, máquinas hechas por ellos mismos. El resultado es una música sin ánimo nostálgico, con personalidad y con un componente social de explicar la realidad de lo que pasa en la calle

P. ¿Qué piensas de la proliferación de los festivales? ¿Crees que es posible sobrevivir?

R. R. En estos momentos, en la oferta no prima el aspecto cualitativo, se están inventando excusas para crear festivales, como el turismo. Por eso se está pagando a artistas muy por encima del precio de mercado, y eso repercute en un desbarajuste en el precio de las entradas. Pienso que llegará a haber un reajuste, muchos festivales cambiarán, otros desaparecerán, pero los de primer nivel quedarán. Espero que el Sónar sobreviva porque es un festival con personalidad, tiene una actividad alrededor que lo justifica cada año, una trayectoria y una calidad contrastada.