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Secuestrado un yate con cuatro turistas europeos por piratas somalíes

  • La embajada y el ministerio de Exteriores alemán no han emitido declaración oficial
  • El secuestro se habría producido en el golfo de Adén este lunes

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Una embarcación privada tripulada por cuatro turistas europeos, tres de ellos alemanes y el cuarto francés, fue, aparentemente, secuestrada el lunes en el golfo de Adén, en las proximidades de Puntlandia, región autónoma del norte de Somalia, según informaciones procedentes del área.

No obstante, el portavoz de información de la embajada alemana en Nairobi, Burghri Brinksneier, ha dicho que no se tienen datos fehacientes sobre el secuestro.  Brinksneier ha remitido al Ministerio de Asuntos Exteriores en Berlín, que no ha emitido ninguna declaración oficial al respecto.

Las primeras informaciones indican que los ocupantes del yate eran un matrimonio y su hijo, de nacionalidad alemana,  y el capitán de la embarcación, de origen galo.

Asimismo, las causas del secuestro aún son inciertas. Fuentes de la TV alemana en Somalilandia sopesan dos posibles hipótesis, la primera que el barco, al acercarse a la costa, fue interceptado por piratas somalíes. La segunda es que, debido a algún problema técnico o falta de combustible, la embarcación tuvo que atracar en una zona donde fue asaltada por residentes locales.

El gobierno de Puntlandia anunció que si se trata de un secuestro, desplegará las fuerzas de seguridad necesarias para dar con los captores y liberar a los rehenes.

Las aguas situadas frente a Somalia son de alto riesgo para el transporte marítimo internacional ya que están en una zona de operación de piratas que capturan embarcaciones y exigen grandes sumas de dinero por el rescate de los tripulantes secuestrados.   

El 22 de abril, el pesquero español Playa de Bakio fue secuestrado por un grupo de piratas que hicieron cautivos a las 26 personas que viajaban a bordo, trece españoles y otros tantos africanos. Los pescadores fueron liberados seis días después, tras el pago de un rescate de 1,2 millones de dólares, tal y como confirmó en la ocasión Andrew Mwangura, dirigente keniano de una compañía especializada en localizar navíos desaparecidos.