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La población de ballenas descenderá un 30% por los efectos del cambio climático en el hielo polar

  • La ballena azul y la jorobada tendrán que viajar de 200 a 500 kilómetros más al sur
  • Los efectos del cambio climático en el hielo reducirán de manera importante el krill
  • 24 países forman un grupo de trabajo para intentar conciliar a conservacionistas y balleneros

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Avances en la reunión de la Comisión Ballenera Internacional

El cambio climático está ya afectando a las ballenas y podría llevar a que descendiese hasta un 30% su población según han señalado en Santiago de Chile los científicos que participan en la sexagésima asamblea de la Comisión Ballenera Internacional (CBI).

El calentamiento global conllevaría una transformación del hábitat de los cetáceos en la Antártida, según un informe del Fondo Mundial para la Naturaleza, la Sociedad para la Conservación de los Delfines y Ballenas y la Fundación Vida Silvestre de Argentina.

En este cambio, las ballenas más afectadas serían las que realizan rutas migratorias, como la ballena azul y la jorobada, que necesitarían viajar de 200 a 500 kilómetros más al sur para encontrar alimento. También sufrirá la ballena minke antártica, que es cazada para "fines científicos", especialmente por Japón.

Asimismo, estos expertos indicaron que los efectos del cambio climático en el hielo de los océanos reducirán de manera importante el krill, que es la fuente principal de alimento de la mayor parte de las especies de ballenas en la Antártida.

Grupo de trabajo

La CBI ha logrado el consenso para poner en marcha un grupo de trabajo, que integrarán 24 países y que tiene como fin consensuar posiciones entre conservacionistas y los que están por poner fin a la moratoria a la caza de ballenas.

El inédito grupo trabajará, a puerta cerrada, sobre una agenda que incluye todos los temas que están en la reunión, entre éstos, la investigación y cacería científica o el uso no letal de los cetáceos como atractivo turístico.

El director de Medio Ambiente chileno, Cristián Maquieira, ha encomiado el logro porque se ha producido "un marco de negociaciones en el que están todos de acuerdo, conservadores y balleneros. Eso es un desarrollo político que para una negociación internacional es muy importante".

Japón, que ha burlado la moratoria vigente desde 1986 con el pretexto de "caza científica", ha insistido en la reunión en que hay muchas especies de cetáceos que no están en peligro y que se pueden capturar mediante una asignación de cuotas.

Japón actúa amparado en un artículo de la Convención Internacional para la caza de ballenas, que en 1946 dio origen a la CBI y que hasta ahora los sectores conservacionistas no han logrado derogar, al no reunir los dos tercios de los votos necesarios para ello.