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La España del toque sigue haciendo historia

  • Villa se retiró lesionado en la primera mitad y se perderá la final
  • Exhibición de juego de la "Roja" en la segunda parte
  • Xavi, Güiza y Silva abrieron el camino hacia la gran final
  • España jugará la final el domingo frente a Alemania
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Güiza culmina con una vaselina la jugada del segundo gol ante Rusia, tras un gran pase de Fábregas.
Güiza culmina con una vaselina la jugada del segundo gol ante Rusia tras un gran pase de Fábregas.

Parecía que habían pasado varios años del 4 a 1 sobre Rusia en el partido inaugural de España en este campeonato. Pero no. Sólo quince días, tiempo al parecer más que suficiente para convertir a un equipo zarandeado por la "roja" en una máquina de hacer fútbol. Y todo gracias a la irrupción de Arshavin, el habilidoso ruso de los mofletes colorados por el que suspiran los grandes clubes europeos que, aunque ya tiene veintisiete años, se había convertido en la gran revelación de esta Eurocopa. Hasta hoy. Porque Arshavin no existió. [Narración] [Fotos] [Audio RNE]

Pero Rusia no era Italia. O por lo menos con los rusos no existía ningún complejo histórico. Y aunque había respeto, España sobre el papel era superior al cuadro de Guus Hiddink. En un partido en el que ambos equipos iban a querer el balón, los de Luis parecían más capaces de salir airosos en el intercambio de golpes.

Rusia comenzó algo más motivada que España, con ganas de tener el balón y controlar el tempo del juego, hasta que Torres se escapó con peligro por la derecha y provocó el primer saque de esquina, y hasta que Xavi tomó los mandos definitivamente y comenzó a lanzar a sus compañeros hacia la portería de Akinfeev. Antes de los diez minutos España ya había generado un par de buenas oportunidades de gol, una muy clara de Torres.

Villa lo intentó con un potente lanzamiento desde veinte metros, Iniesta también probó fortuna. Quince minutos y España se estaba adueñando del partido con Senna y Xavi llevando la manija, la defensa sólida y centrada y todo el frente de ataque muy activo. Hasta hubo un posible penalti sobre Torres que el árbitro, Frank de Bleeckere, no vio. Rusia sólo respondió con la primera aparición de Arshavin, que provocó una falta cercana al área que ejecutó Pavlychenko demasiado alto.

Al borde de la media hora, bajo una intensa lluvia, España levantó el pie y optó por elaborar un poco más. En esa elaboración la "roja" también encontraba vías de ataque, con Iniesta, con Silva y con los dos puntas. Sin embargo, sumó dos malas noticias de forma consecutiva; un estupendo disparo de Pavlychenko que salvó Casillas con una extraordinaria parada y la desgraciada lesión de David Villa, que tuvo que dejar su lugar a Cesc Fábregas.

La lesión del máximo goleador de la "roja" dejó algunos minutos de confusión en el partido y el juego se revolvió. Ajustaba sus líneas España y en Rusia, mientras que Arshavin no terminaba de encontrar su sitio en el partido, Pavlychenko participaba cada vez más y eso no era nada bueno para los nuestros. Con el descanso cerca, ningún equipo quiso arriesgar y aunque mereció mucho más España por juego y ocasiones, el partido se mantenía con un injusto equilibrio en el resultado.

Xavi, Güiza y Silva abren el camino hacia la final

Salió enchufada España de la caseta. Y Silva, que extraordinario jugador, era la espoleta. Rusia, sin prisas, se fiaba de su superioridad física si el partido se ponía largo y jugaba con tranquilidad. Pero España llegaba con claridad, el talento de sus futbolistas aparecía cada vez con más peligro y en una gran jugada de Iniesta llegó el primer gol de Xavi, que entró en el área como él sólo sabe sorprendiendo a toda la defensa rusa. Torres tuvo el segundo cinco minutos después en una gran jugada de todo el bloque español. La final estaba cada vez más cerca y el equipo de Luis atravesaba por su mejor momento en el partido.

Tocaba bien España, de sobresaliente, dando espectáculo, usando sus posesiones con inteligencia, creando claras ocasiones de peligro, si acaso con algo de mala puntería, porque si Torres hubiera estado fino el partido se habría acabado en el primer cuarto de hora de la segunda mitad, tiempo en el que el equipo de Luis Aragonés dio una verdadera lección de fútbol sobre el césped del Ernst Happel de Viena. Mientras, Arshavin, seguía desaparecido.

Entraron Güiza por Torres y Xabi Alonso por Xavi Hernández, un lujo de recambios que se sumaron al gran juego que estaba ofreciendo la "Roja". Sólo faltaba el segundo gol, que no llegaba a pesar del asedio sobre la portería de Akinfeev. Y era injusto que, con el fútbol que estaba desarrollando, España estuviera todavía sin tener la final absolutamente asegurada.

Y por fin, Dani Güiza, rubricó con el espléndido segundo tanto el enorme despliegue de España y sentenció un partido que ponía al bloque de Luis en la gran final frente a Alemania. Rusia, abatida, se rindió, ya no tenía argumentos y aceptó su inferioridad. La España del toque estaba haciendo historia y Silva, por si hacia falta la guinda, sumó el tercero en un momento del partido en el que Rusia izaba la bandera blanca. Por si fuera poco, Casillas dejó una nueva espectacular parada casi al final para demostrar que si, que España, en esta Eurocopa, parece invencible.