¡Campeones, campeones, oeoeoé!
- Crónica de cuatro amigos que se fueron a Viena en coche para vivir el ambiente de la final
De vuelta al trabajo (Miércoles 12:00)
Ya estoy en la redacción de RTVE.es. Mis compañeros se piensan que he estado en el Caribe por el buen color que traigo. Lo que no saben es que hace dos días este buen color era una insolación por haberme quedado dormido a orillas del Danubio. Ahora tengo por delante una semanita y media de trabajo y después mi ración de vacaciones. A la vuelta estaré aquí mismo colaborando en la web de los Juegos Olímpicos de RTVE. Tiene una pinta espectacular, no creo que podáis encontar una web sobre Pekín 2008 en castellano a ese nivel.
Comienza la cuenta atrás para el próximo Mundial. Quien se quiera apuntar al viaje que vaya avisando, igual tenemos que alquilar un vehículo más grande.
¡Sudáfrica 2010. Allá vamos!
Gracias, merci, grazie, danke y al revés: danke, grazie, merci, gracias. Hemos llegado a Madrid (Martes 11:00)
Acabamos de llegar a Madrid después de otras 25 horas de coche. Al final decidimos no parar en Génova, queríamos llegar cuanto antes y así poder descansar el martes. Al salir de Viena hemos escuchado en la radio que la policía está muy contenta con el comportamiento de los españoles. No tendrán queja de nosotros.
En Italia pillamos un atasco monumental entre Venecia y Milán. El carril derecho está abarrotado de camiones y nosotros avanzamos lentamente por el carril izquierdo. Los 130 kh/m legales de las autopistas de Francia, Italia y Austria son una utopía aquí. Pero es admirable ver cómo se respeta en Europa lo de que el carril derecho es para circular y el izquierdo para adelantar.
El lunes por la tarde estamos ya sin batería en el portátil, pero nos da tiempo a ver la que se ha líado en Colón con la celebración de la victoria. Nos reímos un rato con el show de Reina y nos dan un poco de envidia los jugadores, que ya han llegado a España cuando a nosotros nos quedan muchas horas por delante.
Echamos un vistazo a "nuestro" blog en RTVE.es y vemos que ya hay 22 comentarios de todas las partes de Europa. Desconocidos, familiares y amigos nos han mandado su apoyo a través de la web. De corazón, gracias a todos los que nos habéis escrito a través de la web. Eso justifica lo que hemos hecho y nos dá ánimos para seguir con la última etapa del viaje. No me quiero olvidarme tampoco de Íñigo y Ruth, que dieron de comer al hambriento y refrescaron al acalorado.
¡Campeones, campeones, oeoeoé! (Domingo 03:00)
Lo sabíamos, sabíamos que íbamos a ganar y por eso nos hemos recorrido media Europa en coche. Qué momentazo el gol de Torres, nos pusimos a pegar botes como locos y a abrazarnos con todos los que estaban alrededor. Todo el que no era alemán iba con España: no sólo los austríacos, que les tienen bastante tirria a los alemanes, se alegraron por el golazo. Mexicanos, argentinos, turcos, coreanos. Todos han animado a la Roja.
Llega el pitido final y nos damos cuenta de que nunca hemos visto a la selección levantar una Copa. Mientras los jugadores dan la vuelta de honor, los alemanes se acercan para felicitarnos por haber ganado y por ser el equipo que ha hecho el fútbol más bonito en esta Euro 2008.
Levantamos la vista hacia la pantalla gigante de la Fan Zone y vemos un plano espectacular de Casillas levantando la copa. Parece sacado de El señor de los anillos, mientras Álvaro repite: "la épica, la épica", que es lo que nos ha traído hasta aquí y nos ha hecho ganar un título tras 44 años de sequía.
Al salir de la Fan Zone ya habremos escuchado unas doscientas veces el "Que viva España". Estoy seguro de que este fin de semana lo hemos oído más veces que Manolo Escobar en toda su dilatada carrera. En Centroeuropa adoran este himno indie. Nos hacemos fotos con todo el que pasa por allí y seguimos recibiendo felicitaciones. Cuando te felicita un austríaco no sabes si te está dando la enhorabuena o las gracias de corazón por haber derrotado a Alemania.
Nos vamos al centro y vemos que los alemanes no están nada deprimidos. Se ve que a ellos les coge Viena más cerca y han venido a pasárselo bien sin importarles el resultado. Cara de orgullo en los españoles, que hemos tomado la zona de Graben y los aledaños de la catedral. La marea roja es impresionante.
Entrar en un bar a celebrarlo es tarea casi imposible. Lo intentamos en el Kaktus pero salimos a los diez minutos. Aquí no conocen el aire acondicionado y la emoción carga demasiado el ambiente. En esos diez minutos hemos perdido más líquido que en una maratón.
Tomamos una cerveza en la calle y nos vamos temprano al Hotel Zafira (nuestro coche). Queremos descansar y mañana saldremos temprano para llegar de día a Génova.
Pudimos
Goleada española en el centro de Viena (19:00)
Después de una merecida siesta acabamos de llegar a la Kärntner Strasse (como decía, de nombre impronunciable), la principal calle de Viena. El ambiente es impresionante, por ahora vamos ganando 10 a 1 en número de aficionados. No falta el que va vestido de torero, el del tricornio, ni los japoneses con la camiseta de España. Los extranjeros también nos apoyan.
Qué ambientazo, esta final ya la hemos ganado en la calle.
Con todo el mogollón de aficionados españoles (domingo, 18:00)
Después de superar el bajón de no tener entradas, hemos llegado a la calle de Viena donde se concentra el grueso de los aficionados españoles (que no tienen entrada). La calle, de nombre impronunciable, está desbordada por la marea roja.
Algunos incluso se olvidan de que estamos en la pulcra y ordenada Viena y se han subido a un kiosko.
Ya somos uno más en el seno de la masa enfervorizada.
Pues parece que vamos a ver el partido por la tele (domingo, 12:00)
Ahora mismo estamos recuperándonos de la decepción por no haber podido conseguir entradas.
Ayer nos comentaron que existía una oficina junto al estadio en la que se ponían a la venta las últimas entradas. Hacia allí hemos ido a las 6 de la mañana y ya había más de cincuenta españoles acampados.
En las ventanillas sólo había un cartel con el horario de apertura para hoy. Así que nos hemos puesto a hacer cola.
A las 10, cuando la oficina abría al público había más de doscientos aficionados españoles y algún que otro reventa intentando hacer negocio a última hora.
"No quedan entradas", decía en un correcto castellano el voluntario encargado de abrir la oficina. Las esperanzas de todos los que estábamos allí desaparecían, pero aun así muchos se han quedado pidiendo explicaciones a los empleados. Sólo podían recoger sus entradas los que tuvieran un cupón de reserva.
Así que para descansar un poco estamos yendo hacia la playa que hay en el antiguo canal del Danubio. Necesitamos un poco de relax después de las cuatro horas de inútil espera y antes de la gran cita.
Veremos el partido en la Fan Mile, una zona del centro cerrada al tráfico en la que se van a reunir miles de aficionados.
De camino a la playa Álvaro nos está haciendo un tour por el centro de Viena. Rubén va con el brazo por fuera de la ventanilla agitando la bandera. Ya se ve a muchos españoles en las terrazas de los bares. Parece que los austríacos también apoyan a nuestra selección, ayer nada más llegar vimos a muchos vieneses vistiendo la camiseta roja. En el bar Chelsea donde estuvimos anoche sonaron Héroes del Silencio y Ska-P, no sé si en honor a los españoles que estábamos allí o porque les gusta nuestra música
Se acerca la hora de la verdad. Nosotros seguimos igual de confiados en que vamos a ganar
¡Ya estamos en Viena! (sábado 23.30)
¡Por fin! Después de 24 horas de viaje y de atravesar cuatro países hemos llegado a nuestro destino. El ambiente es estupendo, se respira fútbol por todos lados y por fin empezamos a ver españoles. Nuestro claxon ya es conocido en la capital austríaca, y aunque los alemanes son más numerosos ya sabéis que a los españoles se nos escucha cuando salimos.
Estamos en la MariahilferStrasse. Dentro de poco vamos a ir a por la primera cerveza para brindar por este momento tan especial. Rubén sigue buscando los koalas y los canguros austríacos mientras aprende a decir ¿Ich möchte nicht allein schlafen¿. Sus progresos nos están sorprendiendo gratamente.
Bueno, os tengo que dejar que nos cierran el metro. Mañana os cuento más y os mando alguna foto.
Al volante en el kilómetro 2.000 (sábado 19:00)
Estamos entre Verona y Venecia, dos ciudades que deben ser muy bonitas. Como no tenemos tiempo para hacer turismo sólo podremos comparar sus polígonos industriales con los de Zaragoza, Girona, Montpellier, Marsella y Génova, otras ciudades que hemos tenido ocasión de "visitar" en este viaje relámpago.
Seguimos avanzado hacia nuestro destino, Viena. Ya llevamos casi 400 kilómetros recorridos en Italia y hemos atravesado 114 túneles según las cuentas del equipo que conduce ahora. Estamos temblando, porque hemos cogido un ticket de autopista al entrar en Génova y todavía no hemos tenido que pasar por caja para pagarlo. Lorenzo dice que vamos a pagar 62 euros de peaje, Rubén 47 y a Álvaro le da igual porque tiene una tarjeta mágica de plástico que levanta todas las barreras. Yo propongo pasar sin mirar cuánto nos 'clavan', mejor que la tarjeta se lleve el susto ella sola.
Casi hemos llegado a Austria y todavía no nos hemos perdido. Tiene mérito si tenemos en cuenta que no llevamos GPS, mapa ni ningún plano sacado de Internet. Contamos con Álvaro que es genovés como Colón y hasta ahora no nos ha fallado. Os voy a tener que dejar porque Álvaro me pide el portátil para mirar la web de viamichelin. Está seguro de cuál es el camino correcto pero prefiere confirmarlo.
Me toca conducir el próximo turno, que ya será mi último. Voy a tener el honor de estar al volante en el kilómetro 2.000. Seguimos sin ver coches con banderas de España. ¿Seremos los únicos que vamos a Viena en coche?. Lo único que sabemos es que cada vez nos queda menos para vivir el ambiente de esta final.
¡Chapuzón! (sábado 12:30)
Ya estamos más cerca de Viena. Dentro de nada estaremos pisando Italia. Pasaremos por Génova y nos meteremos por el interior para seguir la cuenca del Po.
Acabamos de vivir el mejor momento de lo que llevamos de viaje. Después de coger fuerzas en Niza con el desayuno que nos han preparado Iñigo y Ruth nos hemos pegado un señor baño en su piscina. Ahora vamos bien frescos para seguir con las 12 horas de carretera que nos quedan hasta llegar a Viena.
En este momento estamos pasando por Mónaco, por ahora lo que vemos es mucho coche de lujo pero no nos ha adelantado ninguno con aficionados españoles. Nosotros por si acaso hemos puesto un par de camisetas de "La roja" en las ventanas de nuestro monovolumen.
Ya estamos en Niza (sábado 10:00)
Acabamos de llegar a Niza, donde viven nuestros amigos Íñigo (aka Kily) y Ruth. Fueron compañeros míos de piso en Madrid. Estamos a punto de desayunar pero una vez más Íñigo nos ha defraudado, se le ha olvidado comprar croissants. Íñigo y Ruth se casan este otoño, o sea que Ruth se lleva una joyita. Menos mal que alguien ha traido sobaos pasiegos.
La casa está llena de banderas de España, y les estamos intentando convencer de que se vengan a Viena, pero va a ser imposible. Tienen visita y los visitantes tampoco quieren.
Dentro de un rato salimos de nuevo hacia Viena, la parada que teníamos prevista en Génova la haremos a la vuelta. Queremos llegar esta noche a Viena y ver cómo está el ambiente. Si no conseguimos entradas (¿no ha surgido ningún alma caritativa?), veremos el partido mañana en el Fan Zone de la plaza del Ayuntamiento. Álvaro estuvo viviendo dos años y medio en Viena y va a ser nuestro guía.
Nos vamos a dejar los 400 euros del Gobierno en peajes. Creo que tengo un esguince de codo de tanto recoger tickets de peaje.
Cambio de planes (Sábado, 09:00)
Pues al final salimos ayer viernes de Madrid. Yo tenía que hacer una crónica de Rock in Río, y allí estuve hasta las 8 de la tarde bajo un sol matador.
A eso de las 11 de la noche me recogieron mis compañeros de viaje Álvaro, Rubén y Lorenzo en nuestro flamante monovolumen alquilado. Y desde entonces carretera y más carretera.
Estamos muy animados y frescos, y los turnos que hacemos para conducir y dormir están yendo muy bien. Por ahora no estamos teniendo discusiones por la música. Eso sí, para añadir un poco de tensión se nos ha encendido un par de veces el testigo del aceite. Falsa alarma, está perfecto de niveles. ¿A qué no sabéis de dónde es el coche? Alemán. Ojalá los jugadores alemanes fallen tanto como nuestro coche.
Ayer nos calentamos y mañana salimos para Viena. 2.400 kilómetros de ilusión
Permíteme que me presente. Me llamo Gorka Zubizarreta y soy informador en la web que estás viendo: RTVE.es. Ayer en medio de la euforia por la victoria de España nos dió un subidón a los que estábamos viendo el partido e hicimos algo propio del momento: meternos en un charco del que ya no podemos salir. Empezamos a contemplar la posibilidad de marcharnos a Viena y en media hora habíamos alquilado un monovolumen.
Seremos cuatro: Álvaro, Lorenzo, Rubén y yo. Dos del norte y dos del sur, los cuatro residentes en Madrid y antiguos compañeros de trabajo. Mañana sábado saldremos bien temprano rumbo a Viena, con paradas programadas en Niza y Génova. Con un poco de suerte, el domingo por la tarde estaremos en los alrededores del Ernst Happel dejándonos la voz con los demás españoles que se hayan acercado. Por desgracia, no tenemos entradas. Comienza la operación "4 entradas para 4 locos". Si te sobran entradas puedes colaborar, te estaremos eternamente agradecidos.
Va a ser un viaje divertido. Al fin y al cabo, puede que tardemos otros 24 años en llegar a una final.
¿Tú también vas a Viena?. Comparte con nosotros tus experiencias del viaje. ¿Cuándo sales? ¿Cuántos sois y cómo vais?. Envía un mail a participa@rtve.es o deja un comentario en esta noticia.