Enlaces accesibilidad

Dos calamares gigantes asturianos, rumbo a Washington

  • Los cefalópodos serán expuestos en el Museo de Historia Natural de EE.UU.
  • Son una hembra de once metros de longitud y un macho de siete
  • Han sido trasladados en una urna con 2.250 litros de agua y formol

Por
2 calamares gigantes camino de Washington

Dos calamares gigantes viajan rumbo a Washington desde Asturias y con escala en Rota. Los dos cefalópodos, trasladados en camión, serán expuestos en el Museo Nacional de Historia Natural de la capital estadounidense.

Los animales viajan en una urna totalmente sellada y con un sistema de despresurización que contiene 2.250 litros de agua y formol para garantizar un adecuado estado de conservación. Los ejemplares cedidos por la Coordinadora para el Estudio y Protección de las Especies Marinas (CEPESMA) a la Institución Smithsonian son una hembra de 11 metros de longitud y 137 kilos de peso, y un macho de unos 7 metros y 60 kilos.

Una vez lleguen a Estados Unidos, el macho se expondrá en vertical sobre un soporte cilíndrico, mientras la hembra, de mayor longitud, estará en horizontal en una urna de metacrilato, especialmente diseñada para la ocasión.

El CEPESMA posee la mejor colección del mundo de calamares gigantes, con 21 ejemplares, dado que el litoral cantábrico es rico es esta especie que todavía no ha sido posible grabar en su hábitat natural. Por su parte, la Institución estadounidense Smithsonian alberga más de 136 millones de piezas de museo, pero sólo un calamar gigante y en mal estado de conservación.

Un animal digno de estudio

Los calamares gigantes nacen de unas espirales gelatinosas con dos milímetros de longitud y crecen un centímetro por día hasta los cuatro años y medio. El ojo de estos cefalópodos es el mayor de una especie viva y puede llegar a alcanzar los 22 centímetros de diámetro.

Debido a la elevada concentración de amoniaco en su masa muscular, los calamares gigantes -único cefalópodo que se reproduce mediante un órgano reproductor similar a un pene- no sirven de alimento para los seres humanos y los ejemplares que aparecen en las redes o en las costas se utilizan para fines de investigación y exposición. A cambio de esta cesión el CEPESMA recibirá unos 50.000 dólares para el desarrollo de programas de investigación de las especies marinas.