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África reclama las ayudas prometidas en la reunión del G8 en Japón

  • Siete naciones africanas piden a los países ricos que impulsen su desarrollo
  • El G8 se comprometió a aumentar 25.000 millones de $ la asistencia a África para 2010
  • La cumbre estudiará la crisis alimentaria, las presiones inflacionistas y el cambio climático

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Cumbre del G8 en Japón

La cumbre del G8 ha arrancado en Hokkaido (en el norte de Japón) con demandas de siete naciones africanas para que los países ricos cumplan sus promesas de asistencia e impulsen el desarrollo de ese continente empobrecido.

El G8, formado por EEUU, Japón, Canadá, Italia, Reino Unido, Rusia y Alemania, estudiará durante tres días la crisis alimentaria, las presiones inflacionistas globales y el cambio climático, y el miércoles divulgará un esperado comunicado conjunto. No obstante, los activistas no gubernamentales, muy activos en este encuentro, temen que los países ricos se vuelvan atrás en sus compromisos ante la actual crisis económica.

Los líderes del G8 se han reunido con los mandatarios de Etiopía, Argelia, Ghana, Nigeria, Senegal, Sudáfrica y Tanzania, durante una jornada muy lluviosa en la que siguieron llegando a Hokkaido primeros ministros y presidentes de numerosos países, entre ellos el de México, Felipe Calderón.

África pide lo prometido

"Todos los líderes africanos pusieron un énfasis absoluto en la necesidad de que los países del G8 cumplan con sus compromisos pasados en cuanto a la ayuda al desarrollo y a la salud", indicó un portavoz del Gobierno estadounidense. Por su parte, un portavoz japonés indicó también que los países africanos pidieron al G8 que ejerza su liderazgo en las conversaciones entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y las economías del Continente más debilitadas por los altos precios del crudo del continente.

Los líderes africanos también insistieron en las dificultades que viven por la crisis alimentaria que, según el presidente del Banco Mundial (BM), Robert Zoellick, puede prolongarse hasta 2015 a causa, entre otros factores, de biocombustibles elaborados a partir del maíz y vegetales aceitosos. "No se necesitan más promesas", apuntó junto a él, en rueda de prensa conjunta, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para quien el mundo afronta actualmente tres crisis: el cambio climático, las emergencias de desarrollo y la crisis alimentaria.

El secretario general de Naciones Unidas pidió al Grupo de los Ocho que no se vuelva atrás en las promesas que hizo en anteriores cumbres y le advirtió que el desarrollo de África requerirá al menos destinar ayudas por 62.000 millones de dólares para luchar contra las enfermedades infecciosas.

En la cumbre de Gleneagles en 2005, el G8 se comprometió a aumentar hasta 25.000 millones de dólares la asistencia a África para 2010 y que después se duplicará hasta los 50.000 millones de dólares, pero hay crecientes especulaciones de que habrá una vuelta atrás en ese último acuerdo durante la reunión de Hokkaido.

Dudas ante la posible ampliación del G8

Además, el interés del día lo ocuparon unas publicitadas divergencias entre EEUU y Francia sobre una posible extensión del G8 para incluir las cinco economías emergentes, entre ellas Brasil y México. En una entrevista que publica el diario japonés Yomiuri, el presidente francés Sarkozy ha indicado que el G8 necesita convertirse en un G13, con la suma de las cinco economías emergentes, para demostrar que toma decisiones "con justicia".

Pero Estados Unidos y Japón, ante el creciente poderío chino, están en desacuerdo con esa idea por considerarla innecesario. Esta es la cumbre del G8 más extensa desde 1975 pues acogerá hasta el miércoles a mandatarios de 22 países: sus ocho miembros, siete economías avanzadas -entre ellas los cinco emergentes China, la India, Brasil, México y Sudáfrica- y siete naciones pobres.

El poderoso club de países reunido en Hokkaido nació en 1975 tras la crisis del petróleo con seis miembros, a los que se unieron al año siguiente Canadá y Rusia en 1997, cuando las ocho naciones acumulaban el 65% del Producto Interior Bruto mundial. Ahora suponen el 58% del PIB mundial y emiten el 60% de los gases que producen el efecto invernadero.