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El rey de Bélgica analiza si aceptar la dimisión del Gobierno presentada por el primer ministro

  • El primer ministro, Yves Leterme, presenta por tercera vez su dimisión en un año
  • Llevaba sólo cuatro meses en el poder después de nueve meses sin gobierno
  • La causa es el fracaso de las negociaciones para descentralizar el Estado
  • La situación lleva al país a una crisis de consecuencias impredecibles

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El rey Alberto II de Bélgica analiza si acepta, rechaza o deja en suspenso la solicitud de dimisión del primer ministro, Yves Leterme, que este lunes ha tratado de tirar la toalla por tercera vez desde que ganó las elecciones hace poco más de un año.

Leterme ha llegado al Palacio Real al filo de la medianoche y ha presentado al monarca su dimisión y la de su Ejecutivo, integrado por cinco partidos, después de constatar el bloqueo de las negociaciones para una nueva descentralización del Estado, y tras conocer el rechazo de su propio partido a la opción de prolongar las negociaciones.

El martes día 15 era la fecha límite dada por los partidos flamencos a los francófonos para llegar a un acuerdo sobre una reforma en profundidad del Estado federal, so pena de retirar su confianza al Gobierno.

Es la tercera vez que Leterme presenta su dimisión al rey, tras las dos tentativas que hizo durante los nueve meses que tardó en formar gobierno después de ser el candidato más votado en las elecciones de junio de 2006.

Al igual que en la segunda ocasión, ahora las negociaciones parecían ir por el camino correcto tras cuatro meses de gobierno, ya que las partes habían logrado acuerdos en numerosos capítulos.

Entre ellos destacaba, por su dificultad, el pacto sobre el control presupuestario en 2008, así como el plan socio-económico para el periodo 2009-2011.El primer ministro de Bélgica, Yves Leterme, ha presentado al rey Alberto II la dimisión de su Gobierno, según ha informado un portavoz gubernamental.

Su última propuesta para proseguir las conversaciones había sido involucrar en ellas también a los presidentes de los ejecutivos regionales, y no sólo a los responsables de los principales partidos de uno y otro lado del país. Una idea que no ha sido secundada por su propio partido, el CD&V, lo que habría llevado al primer ministro a un callejón sin salida.

El rey Alberto II, jefe del Estado, podrá, o bien aceptar la renuncia del jefe de gobierno que llegó al poder a finales de marzo, denegarla o incluso dejarla abierta unos días, el tiempo necesario para evaluar la situación política.

Leterme fue elegido primer ministro en marzo, sólo después de nueve meses de vacío de poder por la falta de acuerdo entre francófonos y flamencos, una situación que agudizó el temor a una posible partición del país. Los analistas políticos habían predecido una corta vida para la coalición de cinco partidos que llevó a Leterme a la jefatura del gobierno belga.

Un Gobierno en crisis desde junio de 2007

Detrás de la grave crisis que vivió Bélgica tras las elecciones de junio de 2007, en la que el país estuvo durante nueve meses sin gobierno, estás las exigencias de la escisión del distrito electoral BHV y las presión de los flamencos para conseguir una mayor descentralización, además de las resistencias de los valones a aceptarlas.

BHV engloba a la capital del país y a 35 municipios de mayoría francófona de la periferia que están enclavados en Flandes, donde la única lengua oficial es el neerlandés.

Mientras en Flandes sólo se puede votar a listas flamencas y en Valonia a francófonas, los residentes de BHV pueden optar entre ambas, algo que los flamencos consideran contrario a la ley, por lo que exigen la escisión de este distrito, en el que viven muchos francófonos.

Los valones piden a cambio compensaciones en el acuerdo general, como ampliar el territorio de Bruselas, pero cualquier opción que implique ceder territorio a Valonia resulta inaceptable para los flamencos.