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La hija del 'Monstruo de Amstetten' comienza a declarar ante la juez en un lugar secreto

  • Las declaraciones serán grabadas en vídeo
  • No se va a conocer ningún detalle sobre el contenido
  • Se quiere evitar el contacto de las víctimas con Josef Frtizl

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Declara la mujer encerrada 24 años

Las víctimas de Josef Fritzl, el pederasta que secuestro y violó a su hija durante 24 años, han empezado a declarar ante la jueza encargada del caso, según ha informado la emisora pública austríaca ORF. Los interrogatorios de las víctimas, su hija Elisabeth de 42 años  y sus tres hijos-nietos, no han terminado aún, indicaron las fuentes judiciales.

La jueza Andrea Humer ha anunciado que no va a revelar ningún detalle de las declaraciones, que han sido grabadas con cámara de vídeo en un lugar secreto, a puerta cerrada y durante una o dos semanas. Las autoridades judiciales quieren evitar que las víctimas tengan que exponerse al estrés de declarar durante el juicio contra Josef Fritzl, cuyo inicio se espera para finales de este año.

La familia vuelve poco a poco a la normalidad 

Mientras tanto, la vida de las víctimas y los familiares de Fritzl vuelve paulatinamente a la normalidad, aunque siguen viviendo en el complejo de la clínica de Amstetten bajo estrictas medidas de seguridad.

Según informa el diario vienés Kurier, una de las hijas de Elisabeth participó el fin de semana pasado en un campamento de los bomberos voluntarios de la ciudad de Amstetten, donde se reunió con sus amigos por primera vez desde hace dos años. Es posible que su nombre hubiera cambiado para mantenerlo en el anonimato.

Un caso escalofriante

Josef Fritzl tuvo seis hijos con Elisabeth, de los cuales a tres los subió a la casa familiar para educarlos como sus propios nietos, mientras que los otros tres permanecieron toda su vida bajo tierra, hasta ser liberados a finales de abril pasado.

El caso de Amstetten causó conmoción en todo el mundo y cientos de periodistas informaron durante días desde esa pequeña ciudad austríaca, 130 kilómetros al oeste de Viena, sobre el macabro encierro de Elisabeth y sus hijos, fruto del incesto forzado con su padre, de hoy 73 años.

El encierro de Elisabeth salió a la luz cuando una de sus hijas, Kerstin, de 19 años, sufrió una grave y desconocida enfermedad, que obligó al padre incestuoso llevarla a la clínica de Amstetten. Cuando los médicos hicieron un llamamiento a que la madre de la joven acudiera al hospital, Elisabeth pudo convencer a su padre de que la dejara salir del subterráneo para ayudar a su hija.

Fue en la clínica donde la policía detuvo a Fritzl, y su hija reveló luego todo el espanto vivido durante 24 años.