El rey belga deja en "suspenso" la petición de dimisión del primer ministro
- Ha anunciado su decisión a través de un comunicado
- No significa que haya aceptado la petición de renuncia
- Ahora realizará varias consultas políticas antes de decidir
El rey Alberto II de los belgas ha decidido "dejar en suspenso" la petición de dimisión del primer ministro, Yves Leterme. Éste la presentó anoche en el Palacio Real, tras constatar el bloqueo de las negociaciones para una nueva descentralización del Estado.
El Palacio Real ha emitido un comunicado esta madrugada en el que confirma que Alberto II deja en suspenso su decisión al respecto, lo cual, por el momento, no significa que haya aceptado la petición de renuncia de Leterme.
Según la televisión flamenca VRT, el Rey realizará ahora varias consultas políticas antes de tomar una decisión.
El primer ministro acudió al Palacio Real al filo de la medianoche, después de constatar el bloqueo de las negociaciones y tras conocer el rechazo de su propio partido a la opción de prolongarlas.
La audiencia con el Rey, que duró más de cuatro horas, contó también con la presencia del presidente de la Cámara, el democristiano flamenco Herman Van Rompuy.
Alberto II pidió su asistencia al viceprimer ministro y ministro de Justicia y Reformas Institucionales, Jo Vandeurzen, y al también viceprimer ministro y titular de Finanzas, el liberal Didier Reynders.
Este martes, día 15 de julio, era la fecha límite dada por los partidos flamencos a los francófonos para llegar a un acuerdo sobre una reforma en profundidad del Estado federal, so pena de retirar su confianza al Gobierno.
Es la tercera vez que Leterme presenta su dimisión al rey, tras las dos tentativas que hizo durante los nueve meses que tardó en formar gobierno después de ser el candidato más votado en las elecciones de junio de 2006.
Al igual que en la segunda ocasión, ahora las negociaciones parecían ir por el camino correcto tras cuatro meses de gobierno, ya que las partes habían logrado acuerdos en numerosos capítulos.
Entre ellos destacaba, por su dificultad, el pacto sobre el control presupuestario en 2008, así como el plan socio-económico para el periodo 2009-2011.