Volver a casa después de más de 50 años: el caso de Jánovas
- El plan de construcción de un pantano hizo que los vecinos fueran desalojados
- 50 años después, el Estado decidió no acometer la obra
- Los vecinos quieren recuperar los terrenos que les fueron expropiados
Los antiguos vecinos de Jánovas, un pueblo de los Pirineos, reclaman una reversión "justa" de los terrenos que les expropiaron hace décadas para la construcción de un embalse que nunca se construirá.
Esta reclamación se produce días después de que el presidente de Conferencia Hidrográfica del Ebro (CHE), José Luis Alonso, hablara de la necesidad de que los vecinos hicieran frente aun pago "actualizado" por las propiedades.
Sin embargo, Alonso ha asegurado que "la valoración económica no va a ser un problema" sino que lo será la "cuestión jurídica derivada de demostrar legalmente la identidad" de los propietarios de los terrenos.
Los antiguos habitantes de este núcleo y sus herederos se han reunido con el presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro, José Luis Alonso, para realizar un plan de restitución de los terrenos.
Alonso explicó que en el mes de octubre se abrirá el plazo improrrogable de tres meses para que los afectados puedan realizar sus reclamaciones de propiedad de esas tierras.
Además, desveló que en septiembre habrá una reunión entre Endesa Generación, la empresa energética que ha perdido sus derechos de aprovechamiento sobre el embalse de Jánovas, los afectados y la CHE para hablar de los precios de las tierras.
Pueblo fantasma durante décadas
Estos son los coletazos de una historia que comenzó ya en los años 50, con un decreto por el que se anunciaba la construcción de un embalse en este pueblo, situado en el valle del Ara.
Los vecinos fueron progresivamente desalojados y las casas derruidas: sólo dejaron las fachadas de las viviendas con el objetivo de que ningún vecino sucumbiese a la tentación de volver a su antiguo domicilio.
Un matrimonio resistió al acoso institucional para que se marcharan del pueblo hasta los años 80, aunque finalmente desistieron.
En el año 2001se publicó en el BOE un estudio de impacto ambiental que negaba la posibilidad de construir el embalse.
Desde entonces, los que fueran vecinos de este pequeño núcleo han estado luchando por conseguir volver a los que fueron sus terrenos (o de sus familiares), de la manera más rápida y justa posible.