El 'Boss' enamora de nuevo a Barcelona en una noche histórica
Luces apagadas, la emoción contenida de 70.000 personas y un grito en un catalán casi perfecto: "¡Hola Barcelona! ¿Cómo estáis?". Bruce Springsteen ya tenía el público en el bolsillo antes del "1, 2, 3, 4" y arrancar con 'No Surrender' un concierto histórico en el Camp Nou.
Tejanos y camisa negros, el 'Boss' empezó así su primero de los dos conciertos que llevarán a más de 140.000 personas al campo del Barça (hoy ataca de nuevo) para poner fin a su gira europea de presentación de su último trabajo, 'Magic', que salió a la venta el pasado otoño.
Empezó anoche veinte minutos tarde, algo de agradecer después de los tres cuartos de retraso en el Bernabeu, y acabó regalando las tres horas más rápidas de música que muchos catalanes y barceloneses recordarán.
Como clásico ya de esta gira, 'Radio Nowhere', de 'Magic', encajó como segundo tema de un comienzo electrizante, con el rockero estadounidense acompañado de nuevo por los músicos de su E-Street Band, ya tan míticos como el Jefe.
Entre padres de familia, jóvenes entusiastas que lo acaban de descubrir y personas que seguro se acercaban a los sesenta años, el 'Boss' supo darles los temas de su vida: 'Out in the Street', 'Promised Land', 'Hungry Heart' o 'Tunnel of love'.
Tuvo que tocar la celebradísima 'The River', que con su armónica y la doce-cuerdas de su inseparable Steve Vand Zandt, siempre con su pañuelo en la cabeza, Springsteen consiguió enloquecer a un Camp Nou donde no cabía una mosca.
El 'Boss' sabe como llegar a su gente, y más cuando delante tiene a un público que desde el histórico concierto en el 1981 mantiene un idilio, una relación de complicidad, admiración y devoción por ambas partes que raramente encontrará el rockero en otro sitio.
Ya lo hizo en San Sebastián y en Madrid (martes y jueves pasados), y en el Camp Nou también recogió las propuestas del público para improvisar el repertorio.
Así, a gusto del cliente, Springsteen tocó 'Janey', 'Don't you lose heart', 'Waiting on a sunny day' y 'Back Streets', enseñando en cada momento las pancartas donde algún fan había escrito la canción que quería que su ídolo tocase.
Bruce Springsteen se ha caracterizado siempre por ironizar un poco sobre el patriotismo de su país y reivindicar la falta de derechos en Estados Unidos, así que no sorprendió cuando presentó la siguiente canción, hablando en catalán, claro.
"Esta canción se llama 'Looking at the future' ('Mirando al futuro'), aunque habla de ahora. En América hemos tenido un retroceso en las libertades civiles, ¡y tenemos que luchar!", exclamó para sacar un grito gutural de la masa.
Quizás uno de los momentos más mágicos, de máxima sintonía entre el 'Boss', su energía sin edad, y la incansable insistencia por más y más del público, llegó con "Mary's Place", cuando incluso se pegó un 'sprint' atravesando de lado a lado el escenario y acabando deslizándose de rodillas, olvidando sus 58 años.
No faltaron 'The Rising' para recordar el concierto de 2002 en el Palau Sant Jordi, que se editó en DVD, ni 'Badlands', con la que terminó el grueso del concierto antes de los bises.
Y no se quedó corto en la segunda y definitiva tanda. 'Jungle Land', el delirio con 'Burn to run' y 'Bobby Jean', pero nada comparable con la inolvidable 'Glory Days', que culminó con un sensual movimiento de trasero ante las cámaras.
Faltaban aún 'Dancing in the dark', 'American Land' y 'Twist and shout', acompañado por chicos y chicas del público en el escenario, que es fija últimamente para cerrar sus actuaciones y que supo adaptar a 'La Bamba' para acabar de la mejor manera una noche mágica de rock, recuerdos e idilio "Moltes gràcies, Barcelona".