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Seis años de cárcel para una pareja británica que simuló la muerte del marido para estafar al seguro

  • El ex funcionario John Darwin desapareció en 2002 cuando navegaba en su canoa
  • Su mujer convenció a la Policía, las aseguradoras y sus propios hijos de su muerte
  • Reapareció el pasado mes de diciembre explicando que le habían dado por muerto
  • Unas fotos en Panamá con su mujer demostraron el fraude, que ascendió a 315.000 euros

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John Darwin, el británico que "volvió de la muerte", y su esposa, Anne, han sido condenados a más de seis años de prisión por fingir el fallecimiento del hombre para estafar a las compañías de seguros.

Anne Darwin, de 56 años, convenció a las aseguradoras, la Justicia británica y a sus propios hijos de que su marido había desaparecido cuando salió a navegar con su canoa en marzo del 2002 en Hartlepool (noroeste de Inglaterra).

En el 2003 fue dado por muerto después de una infructuosa búsqueda por mar y aire.

Refugio en Panamá

John Darwin, ex funcionario de prisiones, fue condenado a seis años y tres meses de cárcel tras declararse culpable de una estafa por valor de 250.000 libras (más de 315.000 euros).

A su mujer le ha sido impuesta una condena aún mayor, de seis años y seis meses de prisión, por seis cargos de fraude y nueve de blanqueo de dinero, después de siete días de juicio en un tribunal británico.

El complot quedó al descubierto después de que John Darwin fuese detenido bajo sospecha de fraude, tras presentarse el pasado mes de diciembre en una comisaría de Londres y explicar que era una persona dada por desaparecida.

Poco después de su reaparición, se publicó una fotografía del matrimonio en un apartamento de Panamá, adonde se fue a vivir la mujer tras la fingida desaparición.

Las víctimas, los hijos

La señora Darwin alegó en el juicio "coacción marital", es decir, que había actuado en contra de su voluntad presionada por su marido, pero el jurado desestimó esos argumentos de la defensa cuando la acusación presentó en el juicio los correos electrónicos que la pareja se había intercambiado.

Al dictar sentencia, el magistrado aseguró que las "verdaderas víctimas" de la pareja habían sido sus hijos.

"Aunque las sumas implicadas no son tan altas como algunos casos de lo que se ha informado, la duración del delito, su naturaleza polifacética y, en particular, el dolor infringido durante años a aquellos que eran sus verdaderas víctimas, sus propios hijos, cuyas vidas han aplastado, hace de éste un caso que merece una sentencia particularmente severa", concluye el fallo.