Un libro denuncia que la CIA manipuló una carta para relacionar a Sadam Hussein con Al Qaeda
- La misiva se publicó en un diario británico y tuvo mucho eco en Estados Unidos
- EE.UU. sabría por el jefe de los servicios secretos iraquíes que no había armas
- El MI6 británico también informó de su inexistencia pero la Casa Blanca hizo caso omiso
La Casa Blanca ordenó a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) que falsificara una carta sobre presuntos nexos del derrocado gobernante iraquí Sadam Hussein y la red terrorista Al Qaida, según un libro que sale a la venta hoy.
Su autor, Ron Suskind, ganador de un premio Pulitzer, denuncia con la falsa misiva se pretendía vincular al régimen de Hussein con Al Qaida, en parte para justificar la invasión de EE.UU. en el país árabe en 2003.
Suskind dice que el Gobierno del presidente George W. Bush obtuvo información de un funcionario de los servicios de inteligencia iraquí de que "no había armas de destrucción masiva en Irak", y que EEUU recibió esa información con "suficiente tiempo para frenar una invasión".
Entonces, desde la Administración se instruyó la falsificación de una carta de un alto cargo dirigida a Sadam Hussein para vincular a su gobierno con Al Qaeda, según el autor.
Falsa carta
La carta en sí no es una novedad, pues un diario británico ya había informado sobre su existencia el 14 de diciembre de 2003 y, posteriormente, acaparó gran cobertura mediática en Estados Unidos.
Sólo que, ahora, Suskind argumenta que fue falsificada por instrucciones de la Casa Blanca, que lo ha negado rotundamente.
Según Suskind, el Gobierno de Bush había estado en contacto con el director de los servicios de inteligencia iraquí, Tahir Jalil Habbush al-Tikriti, en las postrimerías del régimen de Hussein.
Habbush al-Tikriti había informado a la Casa Blanca, mucho antes de la invasión, que no existían armas de destrucción masiva pero hicieron caso omiso y en secreto lo enviaron a Jordania, indica el libro.
"Le pagaron cinco millones de dólares -podríamos decir para comprar su silencio-, y después usaron su estatus de cautivo para ayudar a engañar al mundo sobre una de las verdades más apabullantes de la era: que EE.UU. se fue a la guerra de manera fraudulenta", continúa.
Informe británico
Además, Suskind revela que Tony Blair intentó hasta el último momento frenar la guerra y para ello envió a un agente de toda confianza del MI6 para confirmar que había armas de destrucción masiva, algo que el espía no solo no confirmó sino que logró de una fuente iraquí la garantía de que no existían.
El MI6 envió el informe a la CIA, que lo enterró por instrucciones de la Casa Blanca.