Texas ejecuta a un mexicano haciendo oídos sordos a las demandas de La Haya y Ban Ki-moon
- José Ernesto Medellín, de 33 años, fue condenado por violar y asesinar a dos menores
- El Tribunal de La Haya había pedido a EE.UU. que suspendiera la ejecución
- En el último momento Ban Ki-moon había pedido también la suspensión
- México se queja ante EE.UU. por que Medellín no recibió asistencia consular
- Human Right Watch advierte de que esta ejecución pone en peligro a los americanos en el exterior
José Ernesto Medellín, un méxicano de 33 años, ha sido ejecutado a las 21.57 hora estadounidense (las 04.57 hora peninsular española) en Texas, a pesar de que en el último minuto el secretario general de Naciones Unidas pidió la suspensión de la ejecución. Ésta se retrasó tres horas, a la espera de una decisión de la Corte Suprema, que finalmente ha rechazado la petición de la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
José Ernesto Medellín ha muerto a causa de una inyección letal en la prisión de Huntsville. Fue condenado a muerte en 1994 por la violación y el asesinato de Jennifer Ertman, de 14 años, y Elizabeth Peña, de 16. El crimen se produjo en 1993 como parte de un rito de iniciación en la banda "Blacks and Whites".
Además de Medellín, dos condenados de participar en los asesinatos fueron condenados a muerte, uno de los cuales ya ha sido ejecutado. Otros dos fueron sentenciados a cadena perpetua y el hermano de José Medellín, Venancio, que también participó en los hechos aunque era menor de edad, recibió una condena de 40 años por haber colaborado con las autoridades en la resolución del crimen.
Ha pedido perdón
"Siento el dolor que he causado, por favor no odien. Que esto les otorgue la compensación emocional que están buscando", ha dicho el joven mirando a las familias de las víctimas, presentes en la ejecución, antes de dirigirse al policía que le custodiaba con sus últimas palabras, "estoy listo". Antes, había pedido que sus padres y su hermana, que le visitaron por última vez, no estuvieran presentes.
Antes, Ban Ki-moon había dicho desde México -donde asiste a la Conferencia Internacional sobre el Sida- que "todas las decisiones y órdenes de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya deben ser respetadas". "Estados Unidos debe garantizar el aplazamiento de la muerte de este ciudadano mexicano", había dicho el secretario general de la ONU.
Sin asistencia consular
La Corte Internacional de Justicia ordeón a Washington el 16 de julio que suspendiera la ejecución de Medellín y de otros condenados a muerte para que pudieran beneficiarse de su derecho a una asistencia consular tal y como prevé la Convención de Viena.
Los abogados habían hecho una última petición ante la Corte Suprema de EE.UU -la mayor instancia judicial del país y la única que puede suspender una ejecución- que ésta rechazó aplazar.
En 2004, CIJ pidió a Estados Unidos revisar el proceso de 51 mexicanos, cinco de ellos en el corredor de la muerte. A raíz de esa petición, el presidente estadounidense, George W. Bush pidió a los estados implicados que estudiaran cada caso. Los jueces de Texas, sin embargo, no se han dado por aludidos asegurando que las decisiones del CIJ no les son vinculantes, decisión ésta que ha sido respaldada por la Corte Suprema.
El departamento de Estado del país aseguró este martes haber hecho todo lo posible para ayudar a Medellín. "Es una situación difícil", ha dicho el portavoz, Kurtis Cooper. "Tenemos una obligación con la ley internacional que entra en contradicción con la ley de Texas".
El lunes, el departamento que concede las de medidas de gracia, rechazó concedérsela a Medellín asegurando que hacelo iría "contra los intereses de la Nación".
Críticas
La ejecución de Medellín pone en peligro, según Human Right Watch, los derechos de los estadounidenses en otros países. "Si Estados Unidos ignora sus obligaciones legales en este caso, le será difícil defender que otros países respeten los derechos de los ciudadanos estadounidenses", ha dicho David Fathi, director del Programa de Estados Unidos de esta organización.
El Gobierno de México ha manifestado su indignación por la ejecución de José Medellín, y ha enviado una nota de protesta al Departamento de Estado de EEUU "por esta violación al derecho internacional". En un comunicado, la Cancillería mexicana sostiene que el ajusticiamiento se ha realizado "en claro desacato" a una orden de la Corte Internacional de Justicia (CIJ).