Una proteína, responsable de la gran capacidad de aprendizaje de los niños
- La revista Cell publica el descubrimiento de un grupo de cienfíficos de EE.UU.
- La proteina 'otx2' desencadena un periodo en el que se realizan nuevas conexiones
- El control de ese movimiento podría mitigar trastornos como el autismo
Un grupo de científicos de EE.UU. han anunciado, en un informe divulgado por la revista Cell, que han descubierto el factor que impulsa el aprendizaje. Según los investigadores del Hospital Infantil de Boston (Massachusetts), ese factor podría ayudar a explicar la gran capacidad de aprendizaje de los niños.
Se trata de la proteína identificada como 'otx2', considerada la responsable de desencadenar un período de plasticidad en que el cerebro realiza nuevas conexiones.
En experimentos hechos con ratones para comprender la forma en que el cerebro forma sus conexiones neurológicas ante los impulsos externos, los científicos señalan que la señal que desencadena la proteína no proviene del cerebro sino de fuentes externas en el sistema. Agregan que el momento en el que se produce esa señal es crucial, porque "el cerebro necesita reconectarse en el momento preciso, cuando recibe un impulso sensorial óptimo".
Según Takao Hensch, profesor del Departamento de Neurobiología del Hospital Infantil, el control de ese momento concreto, en que el cerebro acomete nuevas conexiones, podría permitir mitigar trastornos de desarrollo como el autismo. En este tipo de trastornos, según los investigadores, los períodos críticos de desarrollo son atrasados o acelerados de forma inadecuada.
Ese control también podría ayudar a que algunas personas tengan mayor capacidad de aprendizaje después de su niñez, aumenten sus conocimientos de otro idioma, desarrollen una habilidad musical o se recuperen de una lesión cerebral.
La proteína 'otx2' proviene de la retina
En su investigación, los científicos descubrieron que las células que entran en acción en el sistema de la visión no producen la proteína 'otx2' sino que ésta proviene de la retina. El ojo es el que dice cuando se deben realizar las reconexiones y no el cerebro", dice Hensch.
Los científicos encabezados por Hensch demostraron que cuando los ratones crecen en la oscuridad, al no tener estímulo visual, la proteína 'otx2' se mantiene en la retina. Sólo cuando los roedores reciben ese estímulo visual comienza a aparecer la proteína en la corteza cerebral. En otros experimentos, los científicos inyectaron 'otx2' directamente en la corteza cerebral, lo que desencadenó un proceso de maduración en las células aun cuando los ratones estaban en la oscuridad.
Finalmente, cuando la síntesis de 'otx2' fue bloqueada en el ojo, las células de la región cerebral vinculada a la visión dejaron de madurar. No obstante, los científicos sospechan que el estímulo puede llegar también por el olfato y el oído.