El ejército paquistaní mata al menos a 50 talibanes cerca de la frontera con Afganistán
- 50 talibanes muertos en una operación del ejército paquistaní
- La violencia se ha recrudecido en los últimos días
- El Presidente Musharraf podría verse sometido a un voto de confianza
Al menos 50 talibanes han resultado muertos cuando las fuerzas de seguridad de Pakistán han atacado un reducto de insurgentes en la demarcación tribal de Bajaur, cerca de la frontera con Afganistán.
Según fuentes oficiales, estos combates elevan la cifra de muertos a casi 160 en los últimos días. En el ataque de hoy no se han producido bajas entre las fuerzas de seguridad afganas.
La violencia entre las fuerzas de seguridad de Pakistán e insurgentes se ha recrudecido en el cinturón tribal en la última semana, donde el Gobierno ha suspendido las negociaciones hasta aclarar el panorama político tras la probable destitución de Pervez Musharraf, según explicó a Efe una fuente del Gobierno de la Provincia de la Frontera Noroeste: "Se han abandonado las conversaciones. Ahora mismo no hay diálogo abierto con los grupos insurgentes. La voluntad sigue estando ahí, pero el compromiso de los militantes no es serio".
El ejecutivo federal formado tras los comicios de febrero, que lidera el Partido Popular de la difunta Benazir Bhutto, abogó por la negociación con los distintos grupos tribales que habían arrasado Pakistán con una ola de atentados en el último año de mandato de Musharraf.
En otro incidente, residentes locales encontraron los cuerpos decapitados de cuatro personas en una zona situada a 16 kilómetros al oeste de Khar, la principal ciudad de la provincia de Bajaur. Los cuerpos fueron encontrados con una nota en la que se decía que habían sido asesinados por colaborar con las fuerzas de seguridad paquistaníes y estadounidenses.
El líder talibán, Baitullah Mehsud, que también está acusado de planear al asesinato de Bhutto, suspendió las negociaciones en junio y la seguridad se ha deteriorado desde entonces.
Un portavoz del Presidente Musharraf ha dicho que no piensa dimitir, mientras el Gobierno de coalición se prepara para someter su mandato a un voto de confianza alegando que ha sumido el país en un caos político y económico en los nueve años que lleva en el poder.