El duro papel de los especialistas tras el accidente
- Un total de 300 voluntarios de la Cruz Roja dan atención psicosocial a los familiares de las víctimas
- Samur, Suma y Salud Mental son otras organizaciones que están atendiendo a las familias
- A IFEMA se han desplazado voluntarios de toda España
"No me lo puedo creer". Es la frase que repiten muchos de los familiares cuando hablan con los especialistas que les acompañan en el duro trago de pasar por el IFEMA. Precisamente ayer se habilitaron dos pabellones en el parque ferial de Madrid. Uno, para depositar los cadáveres de los fallecidos en el accidente del vuelo de Spanair, y otro como lugar de espera. Es allí donde se desplazan los familiares para identificar los restos de sus seres queridos.
Durante toda la noche y lo que llevamos de día ha habido un goteo continuo de familiares que entraban y salían del centro de convenciones de Madrid. Algunos llegaban procedentes del hotel habilitado para ellos, el Auditorium y otros por su cuenta. Las palabras sobraban. Sus caras reflejaban el shock, el dolor de la pérdida. Muchos de ellos seguramente eran alguna de las cerca de 220 personas que se han desplazado de Gran Canaria para reconocer a los 79 ciudadanos canarios que viajaban en el avión de Spanair.
Un voluntario de Cruz Roja, venido de Extremadura, ha explicado que su puesto estaba en la misma puerta, recibiendo a los que iban llegando. Y es que en todo momento han permanecido acompañados por psicólogos, trabajadores sociales, y en los casos necesarios, por médicos, ATS y socorristas. Según la psicóloga de la Cruz Roja, Cristina Laguarta, cada familia tiene un especialista asignado que les acompaña sobre todo en los momentos más complicados. "Se encuentran en una fase de impacto", ha explicado Juan Mª Urruzuno, un voluntario de Cruz Roja del País Vasco, "es una experiencia dura y ahora están afrontando lo más difícil".
Los momentos más duros
La dificultad estriba en tener que reconocer a las personas fallecidas. Urruzuno ha especificado que son muy pocos los casos en que han tenido que ver el cuerpo, ya que es "la última de las opciones". Según el director del Instituto Anatómico Forense de Madrid, Eduardo Andreu, el mal estado de las víctimas a causa del accidente complica el proceso de identificación. En su lugar se ha procedido a enseñar a los familiares los objetos personales encontrados en Barajas, y a extraer muestras de ADN para cotejar con las muestras obtenidas de los fallecidos.
"Esto acaba de empezar, lo complicado será conocer las dolencias de los familiares por la sintomatología que presenten", ha afirmado el portavoz de la Cruz Roja, Miguel Ángel Rodríguez. Este especialista ha relatado que físicamente los familiares "no dan para más" y que cada uno manifiesta sus sentimientos de una manera. "Algunas personas rompen a llorar, otros están callados, en un silencio absoluto. Nosotros estamos muy pendientes de ellos", ha manifestado Rodríguez.
Atención a los afectados
Para Ana Mª Calvo, voluntaria de la Cruz Roja, es importante escuchar a los familiares y permitir que se "ventilen emocionalmente". "Es muy difícil que podamos reducir el dolor, pero sí es posible no permitir que vaya a más", ha opinado Calvo, quien ha destacado que lo más importante para todos los voluntarios es procurar que todas las personas que llegan a IFEMA "no se sientan solas" y estén atendidas física y emocionalmente.
Muchos de los especialistas ya estuvieron, hace cuatro años, atendiendo a las víctimas y familiares de víctimas de los atentados del 11-M, y es que es inevitable recordar los sucesos del 2004, ya que se repite escenario, la morgue improvisada del parque ferial de la capital y el ir y venir de ambulancias y coches fúnebres. Según el voluntario Juan Mª Urruzuno: "Esta experiencia está siendo muy dura, pero hemos vivido otras experiencias que impactan. Hemos aprendido del dispositivo que se desplegó del 11-M".