Italia se mira el ombligo en la Mostra de Venecia
- La primera película italiana confirma las críticas al excesivo nacionalismo
- Un giorno perfetto aborda la violencia de género como un mero suceso
- Otra cinta a concurso proyectada es Dangkou, del chino You Lit-way
Un giorno perfetto, la primera película italiana proyectada en la sección de competición del festival de cine de Venecia, ha dado nuevos argumentos a quienes han criticado que este año la Mostra está marcada más por el nacionalismo que por la calidad.
Un giorno perfetto, dirigida por el director italiano de origen turco Ferzan Özpetek, muestra a Antonio, encarnado por Valerio Mastandrea, y a Emma, su esposa, que interpreta Isabella Ferrari. Emma intenta separarse de Antonio, quien intenta evitarlo por todos los medios, incluida la violencia física.
Pero, sorprendentemente, el filme no aborda la cuestión como un problema social, el de la violencia de género, sino que lo trata como un mero suceso. Incluso, el director se despega del problema social de la violencia de género al plantear la trama en el ámbito del asesino psicópata.
"Desear a una persona de la forma que se muestra en un Giorno perfetto es una cosa que me fascina mucho. No se comprende quién es la víctima y quién el verdugo", escribe Özpetek en el catálogo de la Mostra. Durante la película, ese "deseo" del que habla Özpetek lleva a Antonio a golpear a su mujer, acosarla, intentar violarla y matar a los dos hijos del matrimonio.
Özpetek asegura, en el cuaderno publicitario de la película, que al final "el único verdugo es la vida" y que su pretensión ha sido que el espectador "intente comprender" las acciones de los personajes.
La película se basa en la novela del mismo título del escritor Sandro Petraglia, si bien el director italiano ha reconocido en rueda de prensa que ha cambiado bastantes cuestiones del libro. Y así, a fuerza de cambiar la novela, ha habido espectadores que han opinado que "el libro es muy bueno, pero la película es muy mala".
Masiva presencia italina
Un sentimiento que ha venido a confirmar las críticas contra la deriva nacionalista de la Mostra, que este año ha colocado cuatro películas en la sección en competición, sin que la calidad del cine italiano actual parezca justificarlo.
La acusación de un "excesivo patriotismo" coincide con un momento en el que, tras la llegada de Silvio Berlusconi al poder, el país está bajo la sospecha de ser xenófobo por su campaña de expulsión de inmigrantes.
En la sección en competición también se ha visto Dangkou (Plastic City), del director chino You Lik-way, ambientada en un barrio de Sau Paulo (Brasil), con una fuerte inmigración japonesa.
De acuerdo con el catálogo de la Mostra, la película debería mostrar el mundo de la corrupción y el mercado negro de las falsificaciones piratas, controlado por las mafias en connivencia con los políticos. Sin embargo, esa trama es difícil de seguir en la película, que desde el primer momento se muestra más como un trabajo de "video-arte" que como cine.
Así lo ha reconocido su director en rueda de prensa cuando ha explicado que Dangkou no pretendía mostrar una cuestión social de forma real, sino a través de "una propuesta informal". Lik-way ha ahondado en esa opinión cuando dijo que lo que más le había costado era encontrar "la forma".
Una forma que al final lleva a una descomposición de la realidad tal que la película llega a desentenderse de la trama para mostrar en imágenes artísticas viajes alucinógenos y batallas urbanas más propias del cómic y del dibujo animado que del cine.
La pregunta que queda siempre en el aire con este tipo de películas es si deben ser proyectadas en un festival de cine o en un museo de arte contemporáneo.