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Las 1001 alfombras de San Sebastián

  • Jose Fernández, clásico de los festivales de cine, analiza las alfombras del festival
  • Antonio Banderas y Meryl Streep aseguran un alto nivel de glamour este año
  • Bardem, Ben Stiller o Leonor Watling pasarán por la del María Cristina este año
  • Woody Allen o Adrien Brody pasearán por la del Kursaal
  • Una conocida discoteca donostiarra ofrece una alfombra alternativa

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Vale que quede muy bien decir que nos fascina el cine iraní, que hemos descubierto un director serbio que nos ha conmovido o que la última producción underground que llega desde Corea del Sur ha tambaleado nuestro delicado equilibrio emocional... Pero lo cierto es que, por mucho que a algunos les pese, y que a otros les cueste reconocerlo, un festival de cine sin estrellas es como una Navidad sin Reyes Magos.

San Sebastián parece haber aprendido de algunos deslices del pasado y quiere olvidar ediciones en las que el valor de sus Premios Donostia llegó a ser similar al de los perritos piloto de cualquier feria de pueblo.

Menos mal que este año el espectáculo está asegurado. Pocas veces se ha conseguido tanta unanimidad a la hora de aplaudir la decisión de que Antonio Banderas y Meryl Streep sean los que se lleven en esta edición la farola más importante de nuestro cine. Ellos protagonizarán la imagen más perseguida por los fotógrafos, firmarán los autografos más buscados y paralizarán la alfombra roja -este año fucsia- del Kursaal.

Hablemos de ellas... No, de las estrellas no. De las alfombras. Metros de material sintético sobre los que los protagonistas de nuestros sueños de celuloide arrastran un glamour a veces heredado, a veces impostado y a veces imposible de mantener.

La 'pasarela' del Hotel María Cristina

La primera que nos encontramos es la alfombra del Hotel María Cristina, donde cualquier invitado tiene la "obligación" de posar para los medios. Algunos la atraviesan como si con ellos no fuera la cosa, otro disfrutan de ser dueños, por unos segundos, de esos escalones que pisaron Bette Davis o Gregory Peck... y otras, como una Demi Moore en horas bajas, prefieren evitarlos.

El año pasado, la diva americana entró por la puerta de servicio porque, según cuentan, exigió que se le pagara una cantidad desorbitada a condición de entrar por la famosa escalera del no menos famoso hotel. Esperemos que en estos días esa misma entrada consiga arrancarle una sonrisa a Bardem, alguna broma a Ben Stiller o una seductora mirada a Leonor Watling.

La alfombra del Kursaal

Pero la alfombra en la que todos quieren estar es la que nos lleva hasta los cubos diseñados por Moneo. Allí se presentan las películas de la sección oficial y todo el que quiere formar parte de la historia del certamen deberá hacer el paseíllo... Cineastas de todo el mundo que llegan con su historia debajo del brazo, y que una vez que la atraviesan se enfrentan a la gloria o al vapuleo.

Muchos son los que ya han confirmado que no faltarán en el Kursaal. Robert Downey Jr. , Woody Allen, Adrien Brody y los equipos al completo de las tres películas españolas que aspiran a la Concha de Oro: Tiro en la cabeza, El patio de mi cárcel y Camino. A estas alturas poco importa ya el plantón que una de nuestras estrellas más rutilantes ha dado a San Sebastián alegando problemas de agenda... porque ella lo vale.

Alfombras 'after-hours'

Y a los que todavía les quedan fuerzas, pueden arrastrar sus cinematográficas presencias por una conocida discoteca en la que todas las noches hay un sarao. Con los focos a resguardo, las máscaras desaparecen y comienza la auténtica fiesta del cine.

Allí hemos visto a bailongos como Cuba Gooding Jr. , mortecinos como Clive Owen, afables como Jeremy Irons o entregados como Willem Dafoe. Este último probó además la arena de la playa de la Concha: una alfombra en la que, hace no mucho, dio rienda suelta a otro tipo de pasiones... Pero esa, es otra historia.

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