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Los psicólogos critican la forma en que se comunicaron las muertes a los familiares de Barajas

  • El Colegio de Psicólogos pide un protocolo intervención grandes catástrofes
  • Su presidente apunta que puede haber tragedias donde se vean desbordados
  • Tras la catástrofe de Barajas trabajaron 183 psicólogos voluntarios

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El presidente del Colegio de Psicólogos de Madrid, Fernando Chacón, ha criticado la forma "masiva" en que se informó sobre a los familiares sobre las muertes de sus seres queridos en la tragedia de Barajas en la que perdieron la vida 154 personas tras el accidente del avión de Spanair el pasado 20 de agosto.

 Para Chacón hubiera sido "más adecuado" que se les comunicara a los familiares de los fallecidos "de forma individualizada y privada" la muerte de sus allegados.

En opinión de Chacón no se debió reunir a los familiares "en una sala y decirles los nombres de los supervivientes. Será lo más rápido, pero psicológicamente no es lo mejor".

Se vieron desbordados

Además, el presidente del Colegio de Psicólogos de Madrid ha reivindicado la necesidad de que exista un protocolo de intervención psicológica para grandes desastres más específico, tras el reciente accidente de Barajas, y ha indicado que en ciudades como Madrid puede haber tragedias que hagan que se desborde esa coordinación.

Chacón ha hecho estas declaraciones en una conferencia de prensa en compañía de diversas psicólogas que ayudaron a los familiares de las 154 víctimas, para detallar la colaboración del colegio con dichas personas.

En este sentido, Chacón quiso especificar que la coordinación con todas las instituciones y todos los servicios fue "excelente" y que se había avanzado desde los atentados del 11 de marzo en Madrid en lo que a intervención psicológica se refiere, ya que incluso le habían informado de que "habrá un protocolo".

Sin embargo, ha subrayado, "en la mayoría de los desastres naturales los dispositivos de las Comunidades Autónomas y los ayuntamientos tienen recursos psicológicos para las familias, pero en una ciudad como Madrid puede haber tragedias donde se desborde eso".

"No podemos estar a la suerte de la buena voluntad de los psicólogos, debería haber un protocolo para actuar en coordinación más adecuado", ha puntualizado Chacón.

Más de 180 psicólogos voluntarios

Por otro lado, ha informado de que intervinieron un total de 183 psicólogos voluntarios y de que hubo 19 coordinadores de grupo. Además los psicólogos trabajaron en turnos de ocho horas con 20 personas por cada uno de ellos los primeros días en el recinto ferial de IFEMA donde fueron depositadas las víctimas, y de cuatro y cinco personas en el cementerio de La Almudena.

También ha recordado que se invirtieron 1.650 horas en la atención de las víctimas y que 15 personas del colegio ayudaron en la coordinación del dispositivo.

Tanto Marina Fernández, una psicóloga que estuvo en el cementerio madrileño, como Mónica Pereira, presente en IFEMA, o Begoña Arbulo, que acompañó a los familiares en el proceso de entrega de sus seres queridos fallecidos y de sus pertenencias personales, han recordado que a los largo de los 10 días de actuación su mayor misión fue respetar la intimidad de las personas y estar para lo que precisaran.

"Estábamos por si acaso", han indicado Fernández y Pereira, quienes recordaron que "no todos han necesitado ayuda y en muchas otras ocasiones era un familiar cercano quien nos preguntaba cómo aproximarnos al directamente afectado".

Los psicólogos también sufren

Por otro lado, Arbulo ha destacado el hecho de que también se dispensó atención psicológica a muchos de los profesionales que actuaban en otras instancias del dispositivo de ayuda formado tras el percance.

También ha subrayado la comprensión de muchos familias que estaban en el Instituto Anatómico Forense esperando a la autopsia de un ser querido fallecido, por ejemplo, en un accidente de tráfico, que entendían el retraso en sus resultados en favor del accidente de avión de Barajas. A su vez, Arbulo ha destacado ó que los psicólogos también sufren "aunque tengamos mecanismos de protección".

Lecciones de supervivencia

Pereira también ha querido subrayar que muchos familiares les habían dado "lecciones de supervivencia" a ellos, y ha destacado que al final algunos grupos de familiares cuando se marchaban a sus lugares de origen incluso les daban "las gracias por todo".

Chacón ha opinado que en relación al atentado del 11-M "hubo diferencias en relación a la incertidumbre inicial, ya que aquí muchos no sabían si volaba su familiar, y si lo hacía, si había fallecido, y en cuanto a laprolongación en el tiempo del reconocimiento de los cadáveres por el estado de los mismos".

En este sentido, ha recordado que el hecho de que cuatro días después de la catástrofe se les informara a los familiares de que el reconocimiento se podía prolongar, "facilitó las cosas y les ayudó".