Un bebé dado por muerto llora durante su velatorio
- El Hospital diagnosticó un paro cardiorrespiratorio y certificó su muerte
- Una trabajadora de la funeraria vio suspirar al recién nacido en el hospital
- El bebé lloró durante el velatorio pero finalmente falleció
- Hace menos de un mes ocurrió un caso similar en un hospital de Israel
La Policía de Brasil investiga el caso de un recién nacido que había sido dado por muerto en un hospital y rompió a llorar durante su velatorio, tras lo cual fue llevado rápidamente al centro sanitario, pero falleció.
Según informan medios locales, el bebé nació el pasado martes en el hospital de la localidad de Canela, en el estado de Río Grande do Sul, se le diagnosticó un paro cardiorrespiratorio y una hora después se certificó su muerte.
El canal de noticias Globonews explicó que cuando los familiares estaban velando al recién, éste comenzó a llorar, por lo que fue llevado al hospital, donde ya nada se pudo hacer por salvarlo.
Una trabajadora de la funeraria desató las sospechas
A pesar de que en el centro médico se insiste en que el procedimiento para certificar la muerte del bebé cumplió las normas, las declaraciones de una trabajadora de la funeraria encargada de recoger el cuerpo del niño desataron sospechas y la Policía Civil del estado abrió una investigación.
La mujer aseguró a la prensa que vio que el bebé suspiraba cuando todavía estaba en el hospital y se lo dijo a una enfermera, que le respondió que aquello era normal.
Pero insatisfecha con esa explicación, la mujer dejó abierto el ataúd y no taponó la nariz del niño con algodón, como debía hacer. El padre del bebé aseguró que el parto duró más de 12 horas porque no había médico de guardia en el hospital, lo que podría haber influido en la muerte del pequeño, que fue enterrado ayer por la tarde.
Segundo caso en un mes
Aunque pareza macabro, un caso muy similar ocurrió el pasado 19 de agosto en Israel. Una recién nacida fue dada por muerta en el hospital de Galilea Oeste y fue enviada al depósito de cadáveres.
Allí permaneció cinco horas, hasta que sus padres, al ir a recogerla, se dieron cuenta de que se movía. Rápidamente fue transportada desde el frigorífico hacía la incubadora pero la pequeña no sobrevivió.