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Obama, McCain, Biden y Palin, todos están de acuerdo: "Hay que cambiar Washington"

  • Demócratas y republicanos coinciden en pedir la renovación de la política de EE.UU.
  • Paradójicamente, McCain y Biden llevan más de media vida en Washington
  • Pallin es quien hace más creíble el mensaje y presume de ser de pueblo

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De sobra es conocido que el concepto más usado en las campañas políticas es el "cambio", aunque no se precise qué se va a cambiar. En la carrera hacia la presidencia de Estados Unidos, los candidatos y sus segundos de a bordo lo tienen claro: "Hay que cambiar Washington". ¿Pero qué es cambiar Washington?

Evidentemente, tampoco es un mensaje novedoso. "Esta vez puede ser diferente. Esta vez podemos cambiar Washington", proclamó Barack Obama cuando todavía no había sido designado candidato demócrata. Parece obvio que el partido que no tiene el poder hable del cambio.

Pero los republicanos también insisten en la misma idea: "Fuimos elegidos para cambiar Washington y dejamos que Washington nos cambiara", ha dicho la pasada madrugada John McCain, justificando así el hecho de ser compañero de filas de Bush, de cuyo legado quiere desmarcarse.

El ejemplo Sarkozy

No obstante, es posible encarnar esa paradoja de presentarse como un candidato renovador siendo el delfín: ahí está el reciente ejemplo de Nicolas Sarkozy, que era ministro estrella del presidente francés Jacques Chirac.

Pero es que "cambiar Washington" implica otras cosas: Washington es para los estadounidenses sinónimo de "élite" y de hacer carrera política... y perpetuarse en ella. Los Clinton también fueron a Washington para "cambiar América" y ahora son uno de los mayores símbolos de lo que representa la ciudad donde están todas las instituciones políticas del país.

Por eso, quien aporta más originalidad al mensaje, quien lo hace más creíble, es la candidata republicana a la vicepresidencia, Sarah Palin, que a sus 44 años (tres más joven que Obama) presume de haber vivido la mayor parte de su vida en un pequeño pueblo.

En su puesta de largo en la convención de Saint Paul, proclamó: "No soy un miembro del establishment político. Y he aprendido rápidamente, en estos pocos días, que si no formas parte de la élite de Washington, los medios de comunicación te descalifican por alguna razón. Pero no voy a Washington en busca de la aprobación de reporteros y comentaristas. Voy a Washington para servir al pueblo de este país".

Cuestión de edad

Y también explicó, por supuesto el clave electoral, su idea del cambio: "Hay algunos candidatos que utilizan el cambio para promover sus carreras, y hay otros, como John McCain, que utilizan sus carreras para promover el cambio".

No hay que olvidar la edad de McCain, 72 años y desde 1976 en Washington (como senador desde el 87), algo que Obama se encarga de recordar. Según él, "el mayor riesgo que tenemos es seguir intentando lo mismo, con viejos políticos".

"La historia nos muestra que en un momento crucial como este, el cambio que necesitamos no viene de Washington. El cambio viene a Washington", dijo Obama en el estrado de Denver.

No obstante, su número dos no tampoco aporta aire fresco, con casi cuatro décadas ocupando un cargo en la capital. Quizá por ello, Joseph Biden sea el que menos use la expresión mágica, y se limite a decir que "hay que cambiar la visión global que se tiene desde Washington".

En todo caso, sí es la persona que más pronuncia la palabra "cambio" a secas, con la que estructuró su discurso de aceptación (la dijo hasta 20 veces).

Todo, con tal de llegar a ese lugar de Washington donde algo sí cambiará el próximo año, el inquilino del nº 1600 de la Avenida Pensilvania, la Casa Blanca.