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El alcalde de Nueva York acusa a Santiago Calatrava de retrasar las obras de la 'zona cero'

  • Asegura que el proyecto del español es "demasiado complicado de construir"
  • El arquitecto diseñó una terminal de transportes con techo retráctil
  • El proyecto cuesta 1.500 millones de euros y el alcalde espera inaugurarlo en 2011

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Recreación virtual del aspecto exterior de la nueva estación diseñada por Santiago Calatrava.
Recreación virtual del aspecto exterior de la nueva estación diseñada por Santiago Calatrava.

El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, achaca el retraso en la reconstrucción de la denominada 'zona cero' de Manhattan a las dificultades para materializar el proyecto diseñado por el arquitecto español Santiago Calatrava para construir una terminal de transportes. 

En un artículo de opinión publicado en The Wall Street Journal, el regidor neoyorquino señala que el proyecto diseñado por Calatrava, denominado 'Peineta', es "demasiado complicado" de construir y retrasa las obras. 

En este sentido, lamenta la "frustrante" lentitud con la que se están llevando a cabo las obras en la denominada 'zona cero'. Bloomberg quiere que los trabajos llevados a cabo donde se encontraban las Torres Gemelas estén terminadas en 2011, coincidiendo con el décimo aniversario del atentado, una condición sobre la que dice coincidir con el gobernador del estado de Nueva York, David Paterson. 

No obstante, el alcalde de Nueva York argumenta que la estación diseñada por el arquitecto español, "incluyendo el pasillo subterráneo", "amenaza con retrasar el memorial y el proyecto entero", por lo que, en su opinión, el proyecto debería ser modificado. 

Una estación que 'llegue' al cielo

El proyecto de Calatrava para la zona donde se ubicaban las Torres Gemelas se basa en una estación alada que pretende elevarse hasta el cielo entre la Torre de la Libertad y el conjunto de edificios diseñados por Daniel Libeskind. 

Durante la presentación del proyecto en 2004, Calatrava reveló que había concecibo el proyecto "impregnado de emoción" y empeñado en encender "una antorcha de luz y de esperanza en el Bajo Manhattan". 

La realización de su terminal tenía un coste inicial -ya superado- de unos 1.500 millones de euros, ya que preveía la construcción de un complejo e innovador edificio provisto de techo retráctil. La intención de Calatrava era que el techo se abriese cada 11 de septiembre a la hora de los ataques terroristas que destruyeron las Torres Gemelas en 2001.