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Benedicto XVI respalda la "laicidad positiva" de Sarkozy

  • El Sumo Pontífice apuesta por superar la "desconfianza del pasado" entre cristianos y laicos
  • Sarkozy subraya que para las democracias es una "locura" privarse de las religiones
  • Prensa, partidos políticos y sindicatos critican el recibimiento en el Palacio del Elíseo

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El Papa visita Francia con un mensaje de fomento de la fe

El nuevo concepto de "laicidad positiva" defendido por el presidente francés Nicolás Sarkozy frente a la tradicional separación entre Iglesia y Estado centra la visita al país galo del papa Benedicto XVI, que ha respaldado explícitamente sus ideas.

Tras recibir al sumo pontífice en el Elíseo, Sarkozy ha subrayado que esta "laicidad positiva" es "una invitación al diálogo, la tolerancia y el respeto" y ha asegurado que para las democracias sería "una locura" privarse de las religiones.

Para el presidente francés, privarse de las religiones sería "una falta contra la cultura y contra el pensamiento".

"Asumimos nuestras raíces cristianas" al no privilegiar a ninguna religión,ha recalcado Sarkozy, al señalar que la "diversidad" de Francia es "una riqueza", en una alusión a, entre otras, la numerosa comunidad musulmana de este país.

Benedicto XVI: superar la desconfianza

Por su parte, Benedicto XVI ha resaltado también que tanto las raíces de Francia como las de Europa "son cristianas" y ha abogado también por esa misma "laicidad positiva" para una "comprensión más abierta" de la Iglesia y del Estado, tras precisar que "la desconfianza del pasado se ha transformado en un diálogo sereno y positivo".

Benedicto XVI no ha evitado el tema en la laica Francia de las relaciones de la Iglesia con el Estado, subrayando que la Iglesia en este país "goza de un régimen de libertad".

"Usted señor presidente utilizó la expresión 'laicidad positiva' para designar esta comprensión más abierta, y en este momento histórico en el que las culturas se entrecruzan cada vez más, estoy convencido de que una nueva reflexión sobre el significado auténtico y la importancia de la 'laicidad' es cada vez más necesaria", ha reafirmado el Pontífice dirigiéndose a Sarkozy en un pasaje de su discurso.

Polémica política

Esta coincidencia entre Sarkozy y el Papa en un país donde Iglesia y Estado están separados por ley desde 1905 ha provocado una auténtica tormenta política en Francia.

Y es que Benedicto XVI visita un país en el que, pese a su larga tradición católica, hay una tendencia de disminución de católicos en los últimos años. Un 51% de los franceses afirma ser católico, según los estudios más recientes.

Los editoriales de los principales periódicos del país se hacen eco de la polémica y diversos grupos y sindicatos han convocado manifestaciones y protestas por las posiciones de la Iglesia sobre el aborto y la sexualidad y para exigirle que deje de "inmiscuirse en la política".

Le Monde critica en un editorial la "propensión" de Sarkozy "a mezclar convicciones personales" y su papel de "guardián laico", al señalar que si bien las religiones tienen un lugar en la sociedad, "la República es neutra".

Por su parte, el periódico católico La Croix recuerda que el Papa ha hablado en varias ocasiones sobre la "laicidad sana" y señala que Benedicto XVI no criticará el modelo francés que, según afirma, relega la religión a la esfera privada.

En el debate sobre el laicismo, el líder centrista francés y católico, François Bayrou, ha criticado que Sarkozy recibiera al Papa en el Elíseo, pero indicó que él asistirá a algunos actos religiosos.

Mientras, el alcalde de París, el socialista Bertrand Delanöe, ha precisado que irá a las ceremonias oficiales pero no a las religiosas.

Tras una multitudinaria misa en la explanada de Los Inválidos, el Papa partirá mañana a Lourdes (suroeste) para participar en los actos de celebración del 150 aniversario de las apariciones de la Virgen.