Dimite un ministro de Brown en pleno choque del líder laborista con sus diputados
- Parte de los diputados laboristas quieren un nuevo líder para el partido
- David Cairns dimite para mostrar su desacuerdo con el Gobierno de Brown
- Los laboristas temen que Brown les lleve a un desastre electoral
David Cairns, ministro británico para Escocia, ha presentado su dimisión al primer ministro del Reino Unido, Gordon Brown, que se la ha aceptado. Cairns, que era responsable para Escocia desde 2007, es el primer titular de Brown en dejar su puesto después de que un grupo de diputados cuestionase la capacidad de liderazgo del 'premier' británico.
Esta especie de revolución interna estalló esta mañana, cuando Brown rechazó la petición de un grupo de diputados laboristas que quieren han planteado un desafíao a su liderazgo, después de que la Ejecutiva del partido se negase a enviar los impresos necesarios para forzar el proceso.
Doce diputados laboristas habían solicitado al Comité Ejecutivo de la formación que enviase a todos sus parlamentarios los formularios para presentar candidaturas al liderazgo, antes del congreso anual del Laborismo, que empieza el próximo día 20 en Manchester (norte de Inglaterra).
Al término de su reunión de hoy, el Comité Ejecutivo Nacional rechazó la petición, puesto que es necesario que sean 70 los diputados que pidan los impresos para iniciar el proceso.
Tras este encontronazo, Brown se encuentra con la dimisión de Cairns, que es una toma de fuerza de los diputados opuestos a Brown ante el congreso del partido. Desde su gabinete, se ha emitido un comunicado en el que se señala que "el ejercicio del gobierno demanda responsabilidad colectiva".
La protesta arrancó el fin de semana
Siobhain McDonagh, responsable de la disciplina en las filas parlamentarias laboristas, y Joan Ryan, una de las vicepresidentas de la formación, desafiaron el pasado fin de semana al primer ministro para que se enviara a todos los diputados los impresos necesarios para presentar candidaturas al liderazgo.
Esta petición ha contado con el apoyo de otros diputados laboristas, en su mayoría seguidores del ex jefe del Gobierno Tony Blair, pues consideran que con Brown el partido puede sufrir un desastre en las próximas elecciones generales, previstas para 2010.
Ante este descontento en las filas laboristas, el ministro británico de Economía, Alistair Darling, ha pedido hoy a sus compañeros -en unas declaraciones a la BBC- que "apoyen" a Brown por considerar que él es "la persona adecuada para liderar al país".
Darling ha dicho que la gente está preocupada por asuntos como el colapso del banco de inversiones Lehman Brothers. "Si miras las portadas (de los periódicos) de hoy, la gente de este país, y en otros lugares del mundo, está preocupada en este momento por las turbulencias sin precedentes, hagamos todo lo que podamos para resolver estos problemas", ha añadido.
El descontento en las filas laboristas de debe a la caída del partido en todas las encuestas sobre intención de voto, un 27 por ciento del Laborismo frente al 46 por ciento de respaldo que disfrutan los conservadores, primeros en la oposición británica.
A esto se suman las derrotas sufridas en elecciones recientes, tanto en las municipales de Inglaterra y Gales como en todas las circunscripciones electorales donde se ha producido una vacante.