Burman aborda el miedo al hogar vacío
- Daniel Burman presenta en el Festival de San Sebastián El nido vacío
- Su sexto largometraje cuenta con la participación de Televisión Española
- Explora el vacío en un matrimonio cuando los hijos crecen y se alejan del hogar
- La película ha sido un éxito de taquilla en su país natal, Argentina
Hay quien dice que el arte florece en las épocas de dificultad. La buena salud del cine argentino de la última década parece dar fe de ello. Daniel Burman (Buenos Aires, 1973) es uno de sus más insignes -y jóvenes- representantes.
Productor, director y guionista, miembro fundador y vicepresidente de la Academia Nacional de Cine y Artes Audiovisuales argentina, Burman se consagró definitivamente con El abrazo partido, su cuarto largometraje, que ganó el Oso de Plata a Mejor Película-Gran Premio del Jurado y al Mejor Actor en el Festival de Berlín de 2004 y representó a Argentina en los Oscar.
Antes había participado con un cortometraje en el proyecto Historias breves (1995) y había estrenado los largos Un crisantemo estalla en Cincoesquinas, Esperando al Mesías, premio Fipresci en la Seminci de Valladolid, y Todas las azafatas van al cielo, Gran Premio del Jurado en el festival de Los Ángeles.
Antes de El nido vacío (página web y ficha técnica), Derecho de Familia logró los premios del Público, Mejor Película Iberoamericana, y SIGNIS en el Festival de Cine de Mar del Plata de 2006.
Explorando las relaciones familiares
Todo un comienzo de carrera que ha merecido el Premio Robert Bresson en el reciente Festival de Venecia, otorgado por el Vaticano a los directores que reflejan la búsqueda del significado espiritual de la vida. Burman se ha unido así a cineastas como Tornatore, Zanussi, Oliveira o Wenders.
A San Sebastián, Burman llega con El nido vacío tras su paso por el Festival de Toronto y después de un exitoso estreno en Argentina, incluyendo el primer puesto en taquillas.
La película explora el vacío que se produce cuando los hijos crecen y se alejan del hogar, acto que revela bruscamente las grietas, ocultas durante años por el ruido y caos cotidiano de la vida familiar, existentes en un matrimonio.
Lejos del típico nihilismo posmoderno y también de un planteamiento azucarado y meramente sentimental, el joven Burman ofrece un retrato realista, pero esperanzado, sobre el redescubrimiento del amor en una pareja madura interpretada por Cecilia Roth y Óscar Martínez.