Detienen al cantante George Michael por posesión de drogas en un baño de Londres
- El artista británico ha sido amonestado por la policía por llevar drogas duras
- Michael admite su afición por la marihuana y le retiraron el carné por conducir drogado
- La estrella mundial también ha reconocido estar afectado por una vida complicada
El cantante británico George Michael ha sido detenido por posesión de drogas mientras se encontraba en unos urinarios públicos de Londres, informan los medios británicos, entre ellos la BBC.
La persona que cuidaba del local se percató de que un individuo se demoraba allí más de lo razonable y llamó a la policía, según las fuentes. Los agentes registraron al cantante y descubrieron que llevaba encima cannabis y cocaína crack.
Sin revelar su identidad, un portavoz de la Policía Metropolitana confirmó la detención el viernes por la noche de un varón de 45 años por posesión de drogas y su traslado a una comisaría del norte de Londres. Allí recibió una amonestación formal.
Los agentes del cantante no han comentado la información.
El año pasado, las autoridades le retiraron el permiso de conducir durante dos años por conducir bajo los efectos de la drogas.
El artista reconoció recientemente a la BBC su afición a las drogas: "Soy un hombre feliz y puedo permitirme la marihuana. No es un problema", afirmó.
Tras saltar a la fama en los años ochenta con su compañero de colegio Andrew Ridgley en el dúo Wham, Michael ha vendido más de 100 millones de discos en todo el mundo, siete de los cuales han sido número uno en Estados Unidos y once en Gran Bretaña.
Difícil vida privada y profesional
Pero su vida privada no ha discurrido tan bien como su carrera: en 1998 se vio obligado a revelar su homosexualidad tras ser detenido por obscenidad en unos urinarios públicos en Beverly Hills (California).
"No tuve mi primera relación hasta los veintisiete años porque no logré aceptar mis inclinaciones sexuales hasta cumplir veinticuatro", explicó.
Recientemente confesó que sus últimos veinte años habían sido muy deprimentes para él por la pérdida de su compañero, Anselmo Feleppa, víctima del sida, y la muerte, algún tiempo después, de su madre.
En el terreno profesional, el cantante pasó la mayor parte de los años noventa enzarzado en una disputa legal con su sello discográfico, Sony, lo que le impidió grabar nuevo material.
La batalla legal se resolvió cuando Virgin y Dreamworks, compañía de Steven Spielberg, pagaron 40 millones de dólares para liberarle de su contrato.
Tras una ausencia de quince años de los escenarios, Michael se embarcó en una gira de dos años, que comenzó en Barcelona y concluyó en agosto en el Reino Unido, tras lo cual anunció que no iba a hacer más giras por los estadios.
El año pasado, Michael también dijo que no volvería a hacer ningún álbum para venderlo en las tiendas de discos y que en adelante publicaría todas sus canciones en internet para que sus admiradores pudiesen acceder a ellas gratuitamente.