Winterbottom apuesta por las emociones cotidianas en "Genova", con Colin Firth como protagonista
Michael Winterbottom, quien ha participado en casi todas las ediciones del Festival de San Sebastián de este siglo XXI, ha regresado al que considera su certamen favorito con Genova, un drama familiar hecho de cotidianeidad y "sin hechos grandiosos con los que adornarlo", explica.
En Genova, que compite por la Concha de Oro en la Sección Oficial del festival, el cineasta británico fija su cámara en los momentos en apariencia menos relevantes de un padre de mediana edad, al que interpreta Colin Firth, que se traslada junto a sus dos hijas a la ciudad italiana tras la muerte en accidente de tráfico de su esposa.
"No hay mensaje", ha asegurado hoy el director, más centrado en mostrar "el atractivo que desprende el limbo emocional en el que se encuentran estas tres personas en los momentos previos a empezar una nueva vida".
Fue la ciudad, en la que está ambientada la cinta, la primera en llegar a la historia. Para Winterbottom era necesario "contar algo con ella pero sin basarlo todo en el lugar", apunta, aunque la naturaleza de Génova como ciudad portuaria aporta un juego de claroscuros a su nuevo trabajo, donde sus protagonistas transitan, a modo de metáfora, por callejones poco iluminados y por abarrotadas calles llenas de luz.
Capaz de intercalar en su filmografía la denuncia explícita de Camino a Guantánamo con cintas como la musical 24 hour party people o la sexual Nine songs, el británico confiesa que, en muchas ocasiones, cuando empieza un proyecto, no tiene en mente un mensaje claro que quiera transmitir y que "es el propio proceso de rodaje el momento en el que esas historias se maduran".
Precisamente han sido sus filmes más comprometidos, En este mundo (2002) y Camino a Guantánamo (2006), ambos premiados en el Festival de Cine de Berlín, los que le han reportado mayor reconocimiento crítico.
Con Genova, en la que también participan las actrices Catherine Keener y Hope Davis, regresa a San Sebastián, al que asegura, sonriente, es su festival favorito "por el buen cine, la gran calidad de vida, y porque Mikel Olaciregui, director del certamen, es una persona verdaderamente simpática".