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El BCE sitúa España como el segundo país menos competitivo entre los principales de Europa

  • Según un estudio sólo supera a Portugal en la competitividad exterior
  • La investigación se ha realizado en 150.000 compañías de 12 países europeos
  • El país más competitivo es Bélgica, seguido de Finlandia, Holanda y Alemania
  • Ningún país de la eurozona ha mejorado su competitividad entre 1999 y 2007

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España es, en el escenario de la nueva economía global, el segundo país con menos competitividad exterior entre los 12 estados de la Unión Europea examinados en un estudio del Banco Central Europeo (BCE). Un dato que se da a conocer sólo un día después de que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, asegurase que España es el país con el sistema financiero más solido del mundo.

El estudio, titulado "Globalisation and the competitiveness of the Euro Area", ha sido difundido por el Banco Central Europeo. Sus resultados se basan en una una investigación de 150.000 firmas de 12 países europeos, que permite clasificar a éstos en función de la "competitividad general", que refleja el acceso efectivo a los mercados internacionales, y de la "competitividad del productor", que depende específicamente de la tecnología (la capacidad de producir a bajo coste) y los factores institucionales.

En ambas clasificaciones España figura en penúltimo lugar, sólo por delante de Portugal, que cierra los dos rankings. El país con más "competitividad general" es Bélgica, seguido, por este orden, de Finlandia, Holanda, Alemania, Francia, Austria, Dinamarca, Suecia, Reino Unido, Italia, España y Portugal.

Los autores del estudio señalan que "Portugal y España, y en menor medida, Italia y Reino Unido, se sitúan claramente al final del ranking de competitividad, se mida como se mida, lo que pone de manifiesto una desventaja tecnológica relativa y un entorno institucional menos favorable".

Por otra parte, el estudio del BCE también compara la evolución hasta 2007 de la competitividad exterior de los 12 países de la Eurozona que se apuntaron el euro en 1999.

En ese periodo, España acumuló una pérdida de competitividad exterior del 14,3%, la segunda más alta de todos los países estudiados, en este caso tras Irlanda, que vio empeorar su situación en un 23,1%.

Como consecuencia sobre todo de la apreciación del euro en relación al dólar y otras divisas internacionales, ni un solo país de la Eurozona mejoró su competitividad exterior entre 1999 y 2007.

Tras Irlanda y España, el mayor deterioro de competitividad correspondió a Luxemburgo (12%), seguido de Holanda (10,2%), Portugal (9,8%), Grecia (7,9%), Italia (7%), Bélgica (5,5%), Francia (3,9%), Alemania (1%), Austria (0,3%) y Finlandia (0,1%).

A la vista de estos datos, los expertos del BCE destacan los dispares resultados entre los diferentes países y subrayan que "Irlanda y España parecen haber experimentado una pérdida de competitividad particularmente fuerte".