Obama y McCain se la juegan en su primer cara a cara
- Obama le saca hasta nueve puntos de ventaja a McCain gracias a la crisis.
- El tema del debate es la política exterior, la especialidad del candidato republicano.
- McCain disfruta con el cuerpo a cuerpo. Obama le supera en elocuencia.
- Obama tratará de presentar a McCain como heredero de Bush.
- McCain explotará la falta de experiencia y el exotismo de Obama.
- Participa con tu opinión en el programa especial que TVE ofrecerá esta madrugada
- Sigue el debate en directo en TVE, RNE y en RTVE.es
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Obama llega al debate con una sólida ventaja en las encuestas. Mayor incluso que la que tenían Clinton o Kerry a estas alturas de la campaña. La crisis financiera se ha llevado por delante el efecto Palin y McCain se ha hundido en los sondeos al nivel anterior a la convención republicana. La encuesta del Washington Post del pasado miércoles le pone nueve puntos por detrás. Un varapalo que ha influido en la espantada del republicano, dispuesto a cancelar su primer cara a cara con Obama. Finalmente, McCain ha reculado y ha anunciado que sí acudirá al cara a cara con Obama.
Temas clave
No le ayudarán en él aspectos como sus meteduras de pata el lunes negro. Aseguró entonces que los fundamentos de la economía eran sólidos. La quiebra de Lehman Brothers y el pánico financiero le desmintieron a las pocas horas. Peor aún: en un arranque de populismo, culpó de la crisis a la avaricia y los excesos. McCain se olvidó de la falta de control sobre esa avaricia. Él, que es uno de los senadores más influyentes, que lleva en Washington un cuarto de siglo y que forma parte del sistema que ha sido incapaz de atajar los excesos.
Obama hincará el diente en todos estos flancos. Le ayuda un formato ágil que permite interrumpirse uno a otro. Sin embargo, tendrá que hacerlo con calzador porque este primer debate no va de economía sino de política exterior y seguridad nacional. Justo la especialidad de McCain.
De hecho, los votantes valoran mejor a McCain como comandante en jefe y el candidato republicano no perderá ocasión para restregarle a Obama su bisoñez en estos campos. Lo hará con un estilo agresivo, propio del piloto de combate que fue. McCain es un perro de presa en los debates. Y no usa pintalabios precisamente. Le encanta abroncar al contrincante. Disfruta con el ataque directo y el cuerpo a cuerpo. Y tendrá oportunidad de desplegarlos en el tema estrella: la guerra de Irak.
McCain la apoyó desde el principio. Votó a favor y no se echa atrás. Se opone a retirar las tropas hasta que no se alcance la victoria. Obama ha repudiado la aventura desde su inicio. En 2002 se la jugó públicamente: "No estoy en contra de todas las guerras, sólo de las estúpidas." La popularidad de Bush rondaba entonces el 65%. Es el discurso del que Obama está más orgulloso.
Su estrategia esta noche será nombrar a Bush tantas veces como sea posible y presentar a McCain como su heredero. El candidato republicano jugará a disidente de su propio partido, marcará distancias con el actual presidente y sacará a relucir su experiencia como prisionero en la guerra de Vietnam, donde fue torturado. Un tema recurrente que explota en los anuncios de campaña.
La importancia de los debates en EE.UU.
Pero esto es un debate televisivo en Estados Unidos. El primero en que se miden los dos candidatos. Entre 60 y 80 millones de telespectadores pueden seguir el combate. La forma importa tanto como los contenidos. Un error en la puesta en escena se paga caro. Dos descuidos en la era YouTube pueden terminar con la campaña.
Obama es un orador elocuente pero sus habilidades para el debate no están a la misma altura. Tiende a intelectualizar demasiado, se extiende en las respuestas como el profesor de Derecho que ha sido y se pasa de serio. Si se le pregunta la hora, te explica como se fabrica un reloj. Con todo, ha pulido los defectos a lo largo de las primarias. Ahora es menos distante y altanero, tira más de frases cortas y anécdotas personales.
McCain no juega en la misma liga en cuanto a oratoria. Le cuesta improvisar y depende del teleprompter. Hilvanar un discurso no es lo suyo. Prefiere los verbos de acción, a ser posible monosílabos. Le encanta exagerar y distorsionar las posiciones del adversario. Tiene un fino sentido de la ironía, que explota con un lenguaje coloquial de replicas cortas y contundentes: "Iría hasta las puertas del infierno para capturar a Osama Bin Laden". Su talón de Aquiles está en esa misma agresividad. Puede perder los nervios. Si cae en las trampas que le tienda Obama para poner en evidencia su mal genio, está perdido.
Con todo, la clave para ganar el debate y en última instancia las elecciones, se juega en dos corrientes de fondo: Obama es negro y McCain es un republicano de 72 años. El candidato demócrata tiene que convencer a los electores de que su exotismo es una baza y no un obstáculo para dirigir la nación. El republicano debe conjurar la imagen de anciano que ha sufrido cáncer de piel y desmarcarse del actual presidente. El pronóstico de los expertos: el preparador de Hillary Clinton apuesta por un empate técnico.