Entrevista a una voluntaria de El Arca de Noé
La Fundación Arca de Noé es una de las organizaciones que participa en el 4º Salón para la Adopción de Animales de Compañía. Una de sus voluntarias defiende la labor que hacen todas las asociaciones que defienden los derechos de los animales y que recogen en sus centros a los animales perdidos y abandonados. Yolanda Ruiz es una de sus voluntarias y ha hablado con RTVE.es.
- P. ¿Qué mensaje se quiere lanzar desde este salón a la sociedad?
R. El mensaje es muy claro. Antes que ir a una tienda a comprar una mascota, pedimos que se acerquen a un centro donde podrán comprobar que hay muchos perros, gatos y otros muchos animales que necesitan un hogar y una familia que les cuide. Con la compra de un animal sólo benefician al dueño de la tienda, pero adoptando dan una segunda oportunidad a animales que muchas veces han sido castigados, abandonados o maltratados.
- P. ¿Qué hay que hacer para adoptar una mascota?
R. Es muy fácil. Sólo hay que acudir a un centro donde conocerán a todos los animales que están disponibles. Los responsables de las organizaciones animales asesorarán que animal conviene en función del tipo de familia, el tipo de trabajo y el tipo de vida que se tenga. Una vez decidida la mascota que quieren adoptar el animal se inscribe en el Centro de Identificación de Animales de Compañía a nombre del nuevo propietario.
- P. ¿Cómo se conciencia a toda la sociedad en la idea de que un perro no es juguete?
R. Es una tarea diaria que hacemos y que, poco a poco, vamos consiguiendo que entre en la cabeza de la gente. Un perro o un gato no puede ser un capricho pasajero. Apelamos a la tenencia responsable de animales y creemos que la gente cada vez está más concienciada. En cualquier caso, queda mucho por hacer.
- P. ¿Qué beneficios aporta tener una mascota?
R. Todos. Los que tienen mascota saben que es uno más de la familia. A los niños les hace crecer con unos valores más consolidados de generosidad, cariño y amor a la naturaleza; y para los mayores puede resultas incluso terapeútico. Está comprobado que los mayores que viven con animales tienen la tensión más baja, tienen mejor apetito e incluso están más alegres. En una experiencia que tuvimos en una residencia geriátrica pudimos comprobar cómo los perros hacen a las personas sentirse más queridas. Tras pasar por una depresión, un señor consiguió salir de la enfermedad gracias a una terapia con un perro y sus últimas palabras antes de morir fueron: "Que me traigan a mi perrito". Esto, sin duda, demuestra el poder de los animales.