Descubren una relación genética entre ser obeso y padecer cáncer de colón
- Un gen está detrás de la formación de una hormona que ccntribuye a la enfermedad
- Se podría prevenir el cáncer practicando deportes para perder peso y comiendo sano
- En EE.UU., el cáncer de colón es el tercer tipo más mortífero
Científicos de EE.UU. han establecido la primera relación genética entre la obesidad y el riesgo de cáncer de colon, en un descubrimiento que podría conducir a pruebas más precisas para detectar la enfermedad, revela un estudio publicado en la revista Journal of the American Medical Association.
Según los científicos de la Universidad de Alabama, también podría mejorar los esfuerzos para prevenir la incidencia de ese tipo de cáncer a través de actividades para promover la pérdida de peso y la comida saludable, además del ejercicio.
"Esperamos mejorar de forma considerable el examen y la detección temprana de esta enfermedad y abrir nuevas vías para comprender los factores genéticos y de estilo de vida que influyen en el cáncer de colon", dijo Boris Pasche, director de la División de Oncología y Hematología del Centro Integral del Cáncer de la Universidad de Alabama.
Investigación hormonal
La investigación de los científicos se centró en un gen llamado Adipoq, que provoca la formación de la adiponectina, una hormona que contribuye a la enfermedad.
El estudio demostró que el peligro de sufrir la enfermedad se reduce en un 30% entre quienes heredan una variante genética de Adipoq.
En otras palabras, según el científico, las personas que carezcan de la variante del gen o quienes tengan niveles poco saludables de adiponectina en la sangre deberían someterse muy pronto a pruebas colorrectales.
Pasche señaló que es necesario realizar otros estudios para confirmar si aquellas personas que no tienen la variante reciben algún beneficio en su salud a través de un estilo de vida de prevención del cáncer, como una buena dieta y los ejercicios.
En EE.UU. el cáncer de colon es el tercero más letal y se calcula que este año la enfermedad afectará a unas 149.000 personas, 50.000 de las cuales morirán, según cálculos de la Sociedad del Cáncer de EE.UU.