La fórmula del éxito: un guión en tu apellido
- Un estudio muestra que tener un apellido raro contribuye a tener éxito social
- La presencia de los García o Alonso en profesiones de prestigio es un 20% menor de lo normal
- En el siglo XIX algunas familias adoptaron apellidos compuestos para diferenciarse
- La escasa movilidad de las últimas generaciones ha hecho que se mantenga
- La inmigración puede desvirtuar esta situación
Un simple guión entre dos apellidos puede ser una puerta abierta al éxito social en España. No es una afirmación sacada de ninguna novela naturalista del siglo XIX, sino la conclusión de un estudio científico en pleno siglo XXI.
Añadirle a un García, un González, un López o un Alonso otro apellido unido con un guión hace más posible llegar lejos en profesiones como la medicina, la abogacía, la política o la enseñanza universitaria, según se recoge en un artículo publicado por científicos de las universidades de Alicante, Murcia y la Carlos III de Madrid en la revista Investigaciones Económicas.
Moda del siglo XIX
El origen de esta circunstancia se encuentra en el siglo XIX, cuando la regla de adoptar como primer apellido el del padre y como segundo el de la madre se hizo más estricta, lo que provocó que aquellas familias que buscaban distinción creasen apellidos compuestos, un ardid utilizado sobre todo en el siglo XX.
La fórmula que se hizo frecuente fue unir a un apellido frecuente otro poco común (y no viceversa), algo que se ha mantenido hasta ahora por la falta de movilidad social en las últimas generaciones.
El investigador de la Universidad Carlos III Ignacio Ortuño, uno de los autores del estudio, relata como ejemplo el de los hijos del doctor García Sal, que adoptaron de adultos el apellido García-Sal como familiares de ese médico para heredar el reconocimiento social que tenía su padre.
Sin embargo, el cambio no era automático ya que, para conseguirlo, los solicitantes debían probar que su padre se hacía llamar de esa manera y esa demostración llevaba un tiempo.
¿Considerando profesiones de prestigio a la de la medicina o la abogacía, si agrupamos por un lado al 10% de la población con los apellidos menos frecuentes y por otro el 10% de la población con apellidos más comunes, encontramos que el número de personas con esas profesiones de prestigio y apellidos poco frecuentes es más de un 45% superior a lo que debería ser¿, detalla Ortuño.
En el otro sentido los investigadores también encontraron la relación inversa, es decir, de las profesiones prestigiosas el número de personas que las ejercen y que portan apellidos comunes es un 20% menor que en otras profesiones.
La inmigración, factor de cambio
El estudio no ha tenido en cuenta la llegada de la inmigración a nuestro país en los últimos cuatro o cinco años, algo que cambiaría completamente los resultados, hasta el punto de que los apellidos poco comunes podrían ser ahora mayoría en los niveles económicos inferiores, según relata científico.
Por contra, los investigadores sí han contemplado las diferencias entre cada comunidad en función de las lenguas, euskera, catalán o el gallego, y de hecho, en Cataluña ya se habían realizado estudios de este tipo con resultados parecidos.
Los científicos llevan varios años trabajando con apellidos y al principio quisieron buscar una clasificación que los relacionara con las notas académicas.
El problema fue que apenas dispusieron de datos de partida, puesto que les fueron negados por las universidades alegando motivos legales y apostaron por este trabajo en el que abundaba información digital de toda la población.