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La importancia de los debates en un país que devora televisión

 

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En la cuna de la comunicación política, en el país donde más televisión se ve, los debates de candidatos adquieren una relevancia especial. Obama está claro que domina las formas, pero McCain siempre puede hacer valer su bagaje.

Los debates han sido decisivos en varias ocasiones, aunque el ejemplo más claro es el primer debate televisado de la historia de Estados Unidos, en 1960, cuando se enfrentaron Nixon y Kennedy. Aunque para los oyentes de radio Nixon fue mejor, los telespectadores le vieron demacrado y sudoroso. Para ellos, casi 70 millones (una de las emisiones más vistas de la historia de la TV en EE.UU.), el claro ganador fue Kennedy, a la postre nuevo presidente.

Ese cara a cara inauguró el reinado de la televisión en la comunicación política. Entonces, Nixon no quiso maquillarse, eligió una chaqueta que no combinaba bien con el decorado... Desde entonces, los detalles se cuidan al máximo. "Hoy está todo absolutamente preparado y medido", explica a RTVE.es el asesor político Marcos Magaña.

Por ejemplo, de cara a esta campaña, Obama ha estudiado los debates de McCain en las primarias republicanas del 2000 para adivinar sus puntos débiles. Y está entrenándose con un demócrata que hace de McCain: el abogado Greg Craig.

Para dar una idea de la importancia y la omnipresencia de la imagen de ambos candidatos, sólo en el mes de agosto, McCain gastó 23 millones de dólares en anuncios y Obama hasta 33 (unos 22 millones de euros).

"En Europa las campañas aún son algo informativas, pero no tanto en Estados Unidos, donde se devoran horas de televisión", advierte Magaña, que ha trabajado en procesos electorales en 17 países.

Internet se abre paso

La principal novedad en los debates este año vendrá en el cara a cara del día 7. Este segundo debate, como ya es tradición, versará sobre las cuestiones que plantee el público, aunque por primera vez algunas preguntas por internet, a través de una página en MySpace.

Obama y McCain podrán interrumpirse. Para cada tema, los candidatos tendrán primero dos minutos de exposición libre y luego cinco para el debate.

Y en esta ocasión, la posibilidad de roces será mayor que en otras ocasiones: los delegados demócrata y republicano han flexibilizado las reglas: en el 2004, los republicanos no permitieron ningún plano de Bush mientras hablaba su contrincante, para no sacarle haciendo muecas, recuerda la corresponsal de TVE Anna Bosh.

La propia Comisión para los Debates Presidenciales, una organización sin ánimo de lucro que organiza estos encuentros desde 1988, ha reconocido que su labor se estaba "dificultando por los tiempos restrictivos acordados". Pero que en el 2008, "cuando la participación es más alta que nunca y los temas más complejos que nunca, el votante demandaba más la confrontación de ideas de los candidatos".

Una oportunidad inmejorable

Pero a pesar de lo preparados que llegan los contendientes, en un debate siempre surgen imprevistos. Lo mejor de un cara a cara es que permite ver a los candidatos tal como son. "Una de las pocas veces en las que el elector ve al candidato al natural", en unas campañas cada vez más dirigidas, destaca Magaña.

Los candidatos son personas y también pierden los nervios. Podría ser McCain, más impulsivo que el serio Obama. Aunque aquí no se puede pronosticar nada. Por ejemplo, el año pasado en Francia, Segolene Royal perdió la calma ante Nicolas Sarkozy, cuando todos esperaban un comportamiento más sereno de la candidata socialista.

El último debate se celebrará el 15 de octubre. Faltarán todavía 20 días para la cita con las urnas, algo que unido al hecho de haber debatido en tres ocasiones --"sería muy raro que un candidato fallara siempre", explica Magaña--, reduce el riesgo de estas citas.

Una prueba más de la importancia y preparación de estos debates es que la Comisión fijó hace ya casi un año las fechas y sus lugares incluso sedes alternativas ante alguna eventualidad.

Por cierto, si alguno de los otros candidatos en liza tuviera más del 15% de los votos en las encuestas, sería aceptado en los debates.