La infancia robada de una niña soldado
- China Keitetsi relata en primera persona el calvario de las niñas soldado
- A los 8 años empuñó un fusil y comenzó a matar
- Debía satisfacer las demandas sexuales de los mandos del ejército
- Más de 300.000 menores son utilizados en guerras de todo el mundo
A los 15 años China Keitetsi ya no podía llevar la cuenta de los hombres que la habían violado. Su pesadilla había comenzado a los ocho años cuando huyó de su casa debido a los malos tratos de sus padres. El Ejército Nacional de Resistencia de Ugandá la reclutó. A los ocho años, en vez de jugar con muñecas, China empuñó un fusil y comenzó a matar y ver morir.
China es la cara visible de una tragedia que, según UNICEF, afecta a más de 300.000 niños y niñas soldado que luchan en cerca de treinta guerras en el mundo. Los programas de Radio Exterior 'África hoy' y Mundo solidario' entrevistaron a esta mujer que nunca fue niña.
Miedo durante toda la vida
China recorre con su relato el calvario de estas jóvenes víctimas. "Ser niño soldado significa que te han quitado toda tu infancia. Un niño soldado siente miedo durante toda su vida, le han quitado la sensación de ser querido y amar. Por eso creo que el peor crimen que se puede cometer es dar una pistola a un niño para que mate gente" afirma China.
Su testimonio relata, además, como debía complacer todas las demandas sexuales de los mandos. La convirtieron en una exclava sexual y la sometieron a todo tipo de vejaciones. Frutos de las continuas violaciones, China dio a luz a su primer hijo a los 14 años y a 16 ya tenía dos pequeños a pesar de los abortos que la practicaron utilizando un cuchillo.
A los 18 años China no pudo más, tras una larga travesía, llegó a Dinamarca donde ha tenido que aprender a sonreir. "Después de los abusos, después de la humillación te hacen perder la confianza en ti misma, cambias para toda tu vida". Vivir después de ser niño soldado es muy difícil, de hecho sé que muchos niños acaban suicidándose" confiesa China.