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Serbia logra que se consulte a La Haya sobre la legalidad de la independencia de Kosovo

  • La Asamblea General de la ONU acepta la petición de Serbia
  • Belgrado cree que es la "vía más prudente" de resolver la crisis
  • 77 países votaron favorablemente, seis en contra y 74 se abstuvieron

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Serbia ha logrado el apoyo de la Asamblea General de la ONU a su propuesta de consultar al Tribunal Internacional de Justicia en La Haya sobre la legalidad de la independencia unilateral de Kosovo, lo que puede complicar el camino de Pristina hacia la creación de un Estado propio.

La resolución presentada por el ministro de Exteriores serbio, Vuk Jeremic, fue acogida por una Asamblea General dividida, en la que 77 países votaron afirmativamente, seis se opusieron y 74 se abstuvieron. Los votos en contra fueron los de Estados Unidos, Albania, Nauru, Islas Marshall, Micronesia y Palau.

El texto serbio solicita que se pregunte al tribunal internacional, con sede en La Haya, si la declaración de independencia que las autoridades de Pristina realizaron el pasado 17 de febrero se ajusta al derecho internacional.

Los países que respaldaron la resolución consideraron que la medida es un uso apropiado de los mecanismos internacionales de resolución de disputas que proporciona la ONU. "La propuesta de resolución cumple con los requisitos de forma y fondo establecidos por la Carta de Naciones Unidas", apuntó el embajador de México, Claude Heller, que al igual que casi todos los países latinoamericanos votó a favor de la propuesta.

España apoya la resolución

En ese sentido, el embajador de España ante la ONU, Juan Antonio Yáñez-Barnuevo, explicó antes de la votación que su país apoyaba la resolución serbia porque permite contar con la opinión de la más alta instancia judicial internacional. "Creemos que es a esta Asamblea, y a otros órganos de decisión de Naciones Unidas, a los que corresponde (tras el fallo) llegar a las consideraciones oportunas", apuntó.

España forma parte junto a China, Rusia, Chipre, Eslovaquia, Grecia, Georgia, Portugal, República Checa y otros, del grupo de países que no ha dado su respaldo a la declaración unilateral de independencia de Kosovo. El embajador de Panamá ante la ONU, Ricardo Arias, se hizo eco de las peticiones de numerosos países para que "todas las partes, especialmente Serbia y Kosovo, tengan acceso a la Corte" y puedan presentar sus argumentos a los magistrados.

Belgrado ha asegurado que respetará la opinión de ese tribunal, sea cual sea, pese a que no tiene un carácter vinculante. Jeremic aseguró, al presentar la resolución, que solicitar la opinión del tribunal es la "vía más prudente" de resolver la crisis causada por la declaración unilateral de Pristina. "Es un enfoque legal, sin polémica y de altos principios que ayudará a reducir las tensiones en la región", apuntó.

Alertó de que permitir la independencia unilateral del territorio balcánico supone "establecer un precedente para otras partes del mundo con intenciones secesionistas". Los países que respaldan la independencia del territorio balcánico aseguraron que la resolución serbia es una argucia de Belgrado para retrasar el progreso de Kosovo hacia la independencia e impedir su integración en la comunidad internacional.

John Sawers: "La independencia de Kosovo es una realidad"

"La propuesta de resolución tiene fines políticos y no legales", apuntó el embajador británico ante la ONU, John Sawers, quien recalcó que la independencia de Kosovo "es y será una realidad" pese a la oposición de Serbia, por lo que instó al Gobierno de Belgrado a aceptar la situación. "Es llamativo que hubiera más Estados miembros que no quisieron apoyar la resolución de los que votaron a su favor. De ello podemos deducir que no somos los únicos que tenemos graves reservas", señaló el diplomático británico, que insistió en que "la independencia de Kosovo es una realidad".

El embajador de Francia, Jean Maurice Ripert, que al igual que su homólogo británico se abstuvo en la votación, señaló que la legalidad de la independencia kosovar reconocida por 48 países "carece de cualquier incertidumbre". Consideró que la propuesta serbia "no ayuda a relajar las tensiones y puede complicar el futuro europeo de los Balcanes Occidentales".

"La independencia de Kosovo constituye un caso sui generis, que no pone en duda los principios de soberanía e integridad territorial que conforman la auténtica base de las relaciones internacionales", afirmó. Para Serbia, la independencia unilateral proclamada por Pristina viola la Carta de las Naciones Unidas y la resolución 1.244 que en 1999 colocó a la provincia serbia de mayoría albanesa bajo la administración de ese organismo.

El Gobierno serbio sostiene, además, que no se puede alterar el estatus político del territorio balcánico sin la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU, en el que el poder de veto de Rusia ha bloqueado todas las propuestas en favor de la independencia.