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Tres compuestos antibióticos acercan el sueño de curar la tuberculosis en dos semanas

  • Bloquean la acción de la proteína ARN polimerasa, fundamental para la bacteria
  • Al ser menos tóxicos que los tratamientos actuales podrían suministrarse en mayor cantidad
  • Hasta ahora, la terapia duraba como mínimo seis meses y podía llegar hasta los 20
  • Abre también una nueva vía para reducir la resistencia a los antibióticos
  • El largo tratamiento dificulta la lucha contra la tuberculosis en el Tercer Mundo

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Un equipo de científicos ha descubierto que tres compuestos antibióticos naturales pueden reducir el tiempo de tratamiento de la tuberculosis, que ahora se prolonga varios meses, a sólo dos semanas.

Se trata de la mixopironina, la coralopironina y la ripostatina, compuestos que bloquean la acción de una enzima de la bacteria, la ARN polimerasa (RNAP), necesaria para que las instrucciones "escritas" en el genoma se puedan materializar en proteínas.

Si se bloquea esta enzima, se podría matar la bacteria, según defienden estos investigadores en un artículo publicado en la revista Cell.

Error de diseño

En concreto, estos tres compuestos son producidos por algunas bacterias para ser usados en una especie de 'guerra química' contra otras bacterias. Los mismos basan su efectividad en un error de diseño de la propia enzima polimerasa.

"La ARN polimerasa tiene una forma que recuerda a una pinza de cangrejo", explica Richard Elbright, científico de la Universidad de Rugers, en Nueva Jersey (EE.UU.), uno de los autores del estudio.

Esta pinza se abre y luego se cierra para sujetar el ADN en su interior a medida que lo va "leyendo". El estudio demuestra que estos tres compuestos se unen precisamente como "bisagra" de la pinza, impidiendo que esta se abra y el ADN pueda entrar en la enzima.

Sin la información necesaria, estas bacterias no pueden producir proteínas. Superar la resistencia

Actualmente se emplea una familia de antibióticos conocida como rifamicinas para tratar a los pacientes con tuberculosis. El problema es que son bastante tóxicas, por lo que no se pueden administrar las dosis que permitirían acabar con la bacteria en poco tiempo.

Así, teniendo que administrar dosis más bajas, el tratamiento con rifamicinas suele durar, como mínimo, entre seis y nueve meses. E incluso más, hasta 18 y 20 meses, si el paciente no puede tolerarlas o su infección es resistente a ella.

Las resistencias a los antibióticos se han convertido en los últimos tiempos en un gran problema de salud pública. Ebright dice que "durante seis décadas los antibióticos han sido nuestro baluarte contra las enfermedades infecciosas", pero, "ahora, ese baluarte se está colapsando".

Afirma que la necesidad de desarrollar nuevos compuestos antibióticos y dianas útiles es "urgente". En el caso de la tuberculosis existen incluso cepas de la bacteria que son resistentes no sólo a las rifamicidas, sino a todos los antibióticos de los que hoy se disponen.

Impacto en el Tercer Mundo

Eddy Arnold, codirector del estudio junto a Ebright y también profesor en la Universidad de Rutgers, cree que es un avance "increíble" que les va permitir diseñar nuevos medicamentos que puedan acomodarse en ese lugar de la enzima y bloquearla.

Con la ventaja adicional de que ese lugar es distinto al que se unen la rifamicinas, por lo que las cepas de tuberculosis que sean resistentes a éstas no tendrían por qué serlo también a estos antibióticos (o las drogas que se diseñen a partir de ellos).

Todo ello para conseguir lo que el investigador describe como "el santo grial" en la lucha contra la tuberculosis: reducir la duración del tratamiento a dos semanas.

"Con una terapia de seis meses para una enfermedad que se concentra en gran parte en el tercer mundo, los problemas logísticos de espacio y tiempo para administrar la terapia hacen de la erradicación un imposible. Pero si hubiera una terapia de dos semanas, la logística sería manejable, y la enfermedad se podría eliminar", ha explicado.