Botella dice que las multas por no reciclar se aplicarán con "sentido común"
- Defiende la legalidad de las sanciones que prevé la futura ordenanza
- Desde el Ayuntamiento se confirma la intención de multar con 750 euros
- Botella dice que se avisará a la comunidad antes de sancionar
- El objetivo es acercarse a los países más avanzados en cuanto al reciclaje
La delegada madrileña de Medio Ambiente, Ana Botella, ha asegurado que las sanciones que prevé la futura Ordenanza de Limpieza para quienes no separen en origen sus residuos y los mezclen en la misma bolsa o contenedor se aplicarán "con sentido común".
Botella ha confirmado que su intención de sancionar ese comportamiento con multas de hasta 750 euros sigue adelante y ha defendido que de esta forma "nos pareceremos cada vez más a los países que siempre hemos considerado más avanzados de Europa, Alemania, los nórdicos o Bélgica", pero ha querido atajar una polémica que ni ella ni su equipo entienden.
Las preguntas de los periodistas, tras la presentación de un informe que revela que la capital consume cada vez menos energía y menos contaminante, le han servido para poner un ejemplo de ese "sentido común": ninguna comunidad de vecinos va a ser multada porque un inspector encuentre una lata en el contenedor de la basura orgánica.
Más aclaraciones: los inspectores -que son 300 y que no van a ser más porque vayan a tener más trabajo-, no abrirán un expediente sancionador en cuanto constaten una infracción, sino que hablarán con los vecinos o con el portero las veces que haga falta, y además las multas no tienen por qué ser de 750 euros, puesto que la ordenanza establecerá una graduación.
Además, todavía tiene que ser aprobada y después sometida a información pública y "seguro" que algunas de las alegaciones que se presenten se introducirán en el texto final para "mejorarlo".
En cuanto a la legalidad de que los inspectores revisen la basura de los madrileños, la responsable de Medio Ambiente en el Gobierno de Alberto Ruiz-Gallardón no tiene dudas, "es viable legalmente" y además "ha pasado el trámite de los servicios jurídicos del Ayuntamiento".
La cuestión, a su juicio, es que la separación en origen es algo necesario para eliminar los residuos, también en el caso de Madrid, donde al vertedero de Valdemingómez le quedan ocho o nueve años de vida útil.
"No podemos ser eficaces si no tenemos la colaboración de los ciudadanos", ha argumentado Botella, que está convencida de que las sanciones, en cualquier campo, "poco a poco suelen ir teniendo efecto".