La Fura del Baus secuestra al público del teatro Olympia de Valencia
- Quieren que experimente lo que se siente al ser víctima de un atentado terrorista
- Se basa en lo ocurrido en el teatro Dubrovka de Moscú en octubre de 2002
- En algunos tramos de la obra el espectador es "un personaje más"
La Fura dels Baus secuestrará mañana a los espectadores del teatro Olympia de Valencia para que experimenten lo que se siente al ser víctima de un atentado terrorista como el ocurrido en el teatro Dubrovka de Moscú en octubre de 2002, tragedia en la que murieron 171 personas y que sirve de punto de partida en su nueva obra: Boris Godunov.
Es una obra "dura" y "arriesgada" que introduce al espectador en el escenario de un atentado terrorista a través de un "teatro emocional", para enfrentarle a uno de los mayores miedos de la sociedad contemporánea, según ha explicado el actor Pedro Gutiérrez, que interpreta al líder de un grupo checheno.
El montaje, que permanecerá en el Olympia hasta el domingo, tiene como punto de partida los hechos ocurridos en el teatro moscovita el 23 de octubre de 2002, cuando un grupo de terroristas chechenos asaltó el auditorio durante la representación del musical Nord-Ost y retuvo a más de 900 personas como rehenes para exigir la retirada de las tropas rusas de Chechenia.
Después de tres días de negociaciones y secuestro se produjo la intervención de las fuerzas especiales rusas, y en la misma fallecieron 130 rehenes y 41 asaltantes.
Sentir como una víctima
Los hechos que aparecen en la obra están descontextualizados, porque el objetivo de la compañía no es recrear lo que pasó en aquel teatro, ni tampoco representar una forma concreta de terrorismo, sino hacer sentir al espectador, "aunque sólo sea por cinco segundos", lo que siente una víctima de un atentado.
Para ello, la Fura explica la historia de unos terroristas que secuestran un teatro mientras se está representando una versión de la obra Boris Godunov, de Alexander Pushkins. Durante el asedio, el espectador asistirá a las disputas internas de los asaltantes y a la lucha por el poder, así como al funcionamiento de los gabinetes de crisis y de la figura del mediador de conflictos.
Las transcripciones reales de los hechos por parte de los supervivientes han servido a la compañía para elaborar parte del espectáculo, y como apunta el su creador, Alex Ollé, algunas de las situaciones que parecen más irreales "proceden directamente de la realidad".
En medio de todo este desarrollo se sitúa el espectador, que en algunos tramos de la obra es "un personaje más" y en otros ejerce de mero observador, advierte Gutiérrez.
La participación del público se hace mediante el estilo "furero", de "forma intelectual", para revivir unos acontecimientos desde las emociones e inducir a la reflexión, ha añadido.
"La gente viene a que la secuestren, pero si no sabes nada del argumento o desconoces lo que ocurrió en el teatro mucho mejor", ha señalado el actor, quien asegura que, pese a la buena acogida general, la obra provoca reacciones "muy diferentes" e incluso ataques de ansiedad, como le sucedió a una espectadora en Madrid.