El voto hispano será decisivo para el futuro de Estados Unidos
- El 55% de los hispanos piensa que Obama es un mejor candidato para su comunidad
- Este año podrán votar hasta nueve millones y casi todos irán a las urnas
- Los inmigrantes se concentran en estados que serán cruciales en estas elecciones
- Toda la información sobre la carrera a la Casa Blanca, en el especial de RTVE.es
Estados Unidos es una nación donde han cambiado mucho las cosas desde la época de Martin Luther King. Hoy, los negros ocupan posiciones de poder y lo mismo sucede con otra comunidad, que antes era débil y también discriminada, humillada. La comunidad hispana.
Uno de tantos hispanos exitosos, que hasta el año pasado fue Fiscal General de los Estados Unidos, Alberto R. González, cuenta la anécdota de su madre, una hija de inmigrantes mexicanos que vivían en la pobreza. A esta mujer se le negó la entrada a un restaurante en un pequeño pueblo al oeste de Texas.
La humillación que vivió la mujer sucedió hace décadas, y hoy, González presume de que su madre, en una generación, pasó de ser obligada por el propietario del restaurante a usar la puerta trasera del comedor, a entrar por la puerta delantera de la Casa Blanca para visitar al presidente.
Hoy hay menos negros que hispanos y los políticos buscan cortejarlos para obtener su voto, con discursos o anuncios en castellano. Hay casi 46 millones de hispanos (15% de la población), de los cuales sólo nueve podrán votar. No obstante, esta cifra es muy superior a la del 2004, cuando estaban registrados 7,6 millones, según el Centro para las Políticas Migratorias (IPC)
Voto estratégico
En estas elecciones la participación hispana es de gran importancia, no sólo por la cantidad de sufragios, sino porque se trata de un voto estratégico. Este voto será necesario para que el republicano McCain o el demócrata Obama ganen en estados de alta población hispana, donde Bush triunfó en las últimas elecciones presidenciales por un reducido margen de 5 puntos o menos.
Nuevo México (37% del electorado hispano), Florida (con un 14% del electorado hispano), Nevada (12%) y Colorado (12%). Además, según un estudio reciente, el 90% de los hispanos registrados en estos estados clave está seguro de que acudirá a las urnas el 4 de noviembre. Un dato muy destacado en un país con baja participación política.
Aunque cada voto es importante, incluso los del extranjero, la participación electoral de los hispanos que viven en estos cuatro estados tiene una importancia vital para ganar espacios en el Colegio Electoral y alcanzar la Casa Blanca. Su voto podría decidir quién será el próximo presidente.
De acuerdo a un estudio hecho por el Centro Hispano Pew, el 55% de los hispanos que se han inscrito para votar piensan que Obama es un mejor candidato para su propia comunidad, mientras que el 11% prefiere a McCain. Esto quiere decir que hay un 34% que no ha decidido su posición en las elecciones del 4 de noviembre.
Pero aunque existan indecisos, lo que es un hecho es que de un año a la fecha, la mitad de la población hispana ha visto "su sueño americano" deteriorado por el desempleo y una actitud anti-inmigrante.
No es un rumor, sino el resultado de otra encuesta del centro Pew, que concluye que este importante grupo, antes rechazado y hoy cortejado, votará en diez días y su pesimismo generalizado, así como su rechazo a las leyes federales de inmigración pueden tener un costo muy alto en la arena política.
Haciendo historia
Hace casi 50 años, en Estados Unidos, los negros eran considerados como de segunda clase: no sólo tenían una zona específica para sentarse en algunos cafés, sino que debían ceder su sitio en el autobús a los blancos, una humillación por la que pasaron miles; el caso más famoso, es el de Rosa Parks, que en 1955 se negó a hacerlo.
Los negros tampoco podían asistir a las mismas aulas, tanto así que en 1957 en Little Rock, Arkansas, la 101ª División Aerotransportada del Ejército tuvo que involucrarse para que los adolescentes negros acudieran a clases en un instituto con los blancos.
Pero el problema llegaba a los más altos niveles, el gobernador del estado de Misisipi Ross R. Barnett, impidió que en 1962 James Meredith, un negro, fuera admitido a la universidad. El gobernador decía: "Ninguna escuela será integrada en Misisipi mientras yo sea gobernador".
Meredith tuvo que ser acompañado por mariscales del ejército de los Estados Unidos para poder entrar al campus el 30 de septiembre de 1962 y pudo iniciar sus clases gracias a la presencia del ejército.
Toda esta clase de discriminaciones que en muchos casos se cometieron "legalmente", amparadas por la ley que regía, desembocan en la marcha de 1963, cuando más de 200.000 manifestantes se reunieron frente al Monumento a Lincoln, en Washington, donde Martin Luther King pronunció su famoso discurso "yo tengo un sueño" [vídeo].
Hoy, casi 45 años después, el sueño de otro negro, Barack Obama, está a punto de hacerse realidad. Obama tiene todas las encuestas a su favor para convertirse en el presidente número 44 de los Estados Unidos. Algo muy difícil de pensar hace medio siglo.
EL AUTOR: Pedro Calderón Michel es un ciudadano mexicano y estadounidense. Profesor del Máster de Gestión de Empresas Audiovisuales de la Universidad de Sevilla. Ha trabajado durante 18 años en la televisión de México (Televisa), Estados Unidos (Univision y Telemundo) y España. Algunos de los puestos que ha desempeñado son productor ejecutivo, presentador, reportero y director de informativos. Ha sido galardonado con varios premios, entre ellos, dos estatuillas Emmy que otorga la Academia de Ciencias y Artes de la Televisión en Estados Unidos.