Tzipi Livni se da por vencida y pedirá al presidente de Israel que adelante las elecciones generales
- La presidenta del partido Kadima no logra formar un gobierno estable
- Afirma que esta "harta de extorsiones" y que la mejor opción son las urnas
- Se reunirá con Simon Peres este domingo para informarle de que "ha fracasado"
- Sólo consiguió un acuerdo con los laboristas, pero chocó con los ultraortodoxos
- En 90 días se tendrán que celebrar los comicios, dos años antes de lo previsto
Arroja la toalla y asume que no puede formar un equipo. La presidenta del partido Kadima, Tzipi Livni, ha llegado esta noche a la conclusión de que no tiene posibilidades de formar un gobierno estable en Israel. Por ello, pedirá a Simón Peres que adelante las elecciones generales.
"Estoy harta de extorsiones. Veremos a todos estos héroes dentro de 90 días", ha dicho esta noche la jefa del Kadima al decidir que la mejor opción para su país es resolver la incertidumbre política en la urnas, informan la edición electrónica del diario Yediot Aharonot y otros medios locales.
Livni se ha reunido en la noche del sábado en su casa en Tel Aviv con sus asesores antes de acudir este domingo al presidente y devolverle el mandato que le entregó el pasado 22 de septiembre.
Según informan los principales medios de comunicación, este domingo informará a Peres de que "ha fracasado" en la misión de armar una coalición parlamentaria y que es su intención pedir al Parlamento que se disuelva y adelante las elecciones.
"Mañana anunciaré las elecciones", ha afirmado en la reunión la presidenta del Kadima, la formación con mayor número de diputados en el Parlamento israelí o Knesset, 29 en total.
Según las fuentes citadas por los medios, Livni teme ver perjudicada su imagen si sigue negociando y cede a las exigencias de partidos como el Shas, que abandonó las negociaciones el viernes por discrepancias insalvables sobre el pacto de gobierno.
Exigencias de los ultraortodoxos
Entre las exigencias de los ultraortodoxos que Livni no ha querido aceptar, están los 261 millones de dólares en ayudas a las familias numerosas y la exigencia de que Jerusalén no sea dividida, como piden los palestinos.
Shas era fundamental para alcanzar la mayoría en el Parlamento, pero su retirada de la mesa de negociaciones ha truncado las posibilidades, por el momento, de que Israel vuelva a tener a una mujer al frente de su Ejecutivo.
Hasta este sábado, Livni sólo había conseguido el apoyo del Partido Laborista, con 19 parlamentarios y se encontraba cerca de alcanzar un acuerdo con los Jubilados (con siete escaños) aunque todavía no había nada firmado.
La ley israelí establece que el jefe del Estado puede pedir a otros diputados la formación del gobierno, aunque en la actual constelación política de pequeños partidos no parece que ninguno de ellos tenga posibilidades reales de éxito.
La salida que queda es la de disolver la Cámara y en el plazo de 90 días celebrar las elecciones, dos años antes de lo previsto.