Presentan el primer corazón artificial fabricado con material orgánico y transplantable en dos años
- El material orgánico empleado evita la coagulación de la sangre
- También se resuelve otro de los problemas, al regular los fluidos de forma automática
- El corazón ha superado ya los ensayos clínicos en animales y en bancos de ensayo
- Los científicos franceses que lo han ideado creen que se podrá transplantar en dos años
- El instrumental está Inspirado en tecnología aeronáutica
- Ha precisado de 15 años de estudios y una inversión de 55 millones de euros
El primer corazón totalmente artificial fabricado con materiales orgánicos que evitan la coagulación de la sangre y que regula los fluidos de forma automática ha sido presentado por un equipo de investigadores franceses, que esperan proceder al primer trasplante dentro de dos años.
"Este órgano responderá a las necesidades de pacientes que sufren de un infarto masivo o que no tienen acceso a un corazón humano y les permitirá tener una vida normal", ha asegurado el profesor Alain Carpentier, médico del hospital Georges Pompidou de París y director del proyecto.
El corazón artificial ha superado ya los ensayos clínicos en animales, esencialmente en vacas, y en bancos de ensayo artificiales, por lo que sus responsables consideran que hay que pasar a la fase industrial para poder probarlo en humanos.
"Eso llevará unos dos años, contando todo el proceso técnico y la burocracia", ha afirmado el profesor Philippe Pouletty, que también ha participado en el proyecto.
El nuevo corazón resuelve los dos principales problemas a los que hasta ahora se habían enfrentado las prótesis cardiacas artificiales. Al contacto con materiales artificiales, la sangre crea coágulos de sangre que multiplican los riesgos de accidentes cardiovasculares.
"Los materiales biológicos utilizados en este corazón son hemo-compatibles, lo que limita los riesgos de coagulación", ha señalado Carpentier. Poluetty ha precisado que el material orgánico utilizado es de origen animal, similar al empleado habitualmente para fabricar válvulas cardiacas.
Adapta la frecuencia cardiaca y el fluido
Por otro lado, los antecesores de la prótesis no regulaban de forma automática la actividad cardiaca, sujeta a cambios en función de la actividad del portador.
El nuevo corazón está dotado de captores electrónicos y de un complejo sistema electromecánico que detecta la posición en la que se encuentra el paciente, de pie, sentado o tumbado, además de la presión venosa y arterial ligada a su actividad, por lo que adapta la frecuencia cardiaca y el fluido a las diferentes situaciones.
"La idea es que el paciente que lleve este corazón pueda incluso correr sin tener que preocuparse de regular la prótesis", ha explicado Carpentier.
Para el profesor Pouletty, se trata de la primera prótesis "que imita las propiedades fisiológicas de un corazón humano real".
Inspirado en tecnología aeronáutica
El instrumental que incluye el corazón se ha inspirado del que se usa en la fabricación de tecnología punta para aviones y satélites, puesto que parte de la financiación del proyecto corre a cargo del consorcio europeo EADS.
"Hemos reunido a un equipo multidisciplinar que nos ha permitido obtener soluciones innovadoras que difícilmente se les hubieran ocurrido a científicos procedentes del campo de la medicina", ha señalado Pouletty.
Uno de los retos más importantes del proyecto era la miniaturización del instrumental, puesto que el corazón tiene la misma talla y el mismo aspecto que un corazón humano.
Para llegar a este instrumento que va a "alargar la vida a millones de pacientes", un equipo de investigadores franceses ha precisado de 15 años de estudios y una inversión de 55 millones de euros, financiados en parte con dinero público. Pero el profesor Carpentier considera que el coste final de cada corazón artificial será similar al de un trasplante humano.
La prótesis ideada por los médicos franceses tendrá una duración de "al menos" cinco años en su primera fase, aunque los científicos aseguran que en los desarrollos sucesivos su vida aumente hasta alcanzar los 20 años.
La principal limitación de la prótesis está ligada a su sistema de alimentación, ya que funciona con baterías que deben ser recargadas. Ahora las baterías duran unas seis horas, pero los científicos creen que mejorarán la autonomía en breve.