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Mi casa es mi castillo

  • Obama echa la bronca a los periodistas por invadir su intimidad
  • El candidato demócrata paseaba con su hija de siete años en la fiesta de Halloween
  • La campaña electoral hace mella en los nervios

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El candidato demócrata acudió junto a su hija -que iba disfrazada de novia cadáver- a una fiesta de Halloween.
El candidato demócrata acudió junto a su hija -que iba disfrazada de novia cadáver- a una fiesta de Halloween.

El candidato demócrata, Barack Obama, ha tenido un pequeño incidente con los periodistas que le siguen a todas partes. Ayer viernes, hizo un pequeño hueco en la campaña para pasar la noche de Halloweenen en casa, en el barrio de Hyde Park de Chicago. Salió a pasear con su hija de siete años, Sasha, que iba disfrazada de novia-cadáver. Un grupo de cámaras se acercó a ellos y Obama perdió su tradicional flema.

"Ya está bien chicos, ya tenéis la imagen, dejadnos en paz". Es la segunda vez que Obama se enfrenta a la prensa esta semana para defender su intimidad. La tensión de la recta final hace mella en los nervios. Y la vorágine de actos desborda a los candidatos. Obama venía de un mitin en Indiana y otro en Iowa. Quería pasar unas horas con su familia antes de volver al ritmo frenético de la campaña electoral.

La fiesta de Halloween es uno de los hitos en el mundo anglosajón. Los niños se disfrazan de vampiros, brujas o monstruos y salen a pedir golosinas por el barrio al grito de "trick or treat". Una expresión intraducible, que más que truco o regalo viene a ser susto o muerte. Una invitación bajo amenaza a que el dueño de la casa llene de chucherías las bolsas que llevan consigo. El paisaje de los suburbios se llena de calabazas y de luces, al estilo navideño pero de colores mortecinos.

La hija de Obama, Sasha, iba vestida con una capa blanca y unos leotardos negros. De novia que regresa de la muerte. Obama y Sasha se dirigían a una fiesta en casa de Marty Nesbitt, amigo de la familia y tesorero de la campaña demócrata. Aunque los periodistas les abordaron en la calle, para el demócrata fue una invasión en la intimidad del hogar. Y eso para los estadounidenses es territorio vedado. Mi casa es mi castillo.