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Las elecciones en las que las encuestas no se equivocaron

  • Barack Obama ocupará la Casa Blanca como pronosticaron los sondeos
  • Expertos en demoscopia defienden el valor de las encuestas si están bien hechas
  • El sistema electoral de EE.UU. hace más fácil analizar los datos de los sondeos
  • "El ciudadano en general no engaña en una encuesta", afirman desde TNS
  • Los especialistas defienden la publicación de estos datos hasta el día de los comicios
  • En España, no se pueden hacer públicos desde una semana antes de las elecciones

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Las encuestas son como la economía, son fáciles de analizar a posteriori y difíciles de predecir antes. Lo dice que ironía el director general de Sigma Dos, José Miguel de Elías, que se queja de que los profesionales demoscópicos sólo son noticia cuando fallan, y cuando aciertan, "la mayoría de las veces", pasan desapercibidos.

Esta vez se han cumplido los pronósticos y ha ganado quien decían las encuestas, a pesar de que algunos temían que hubiera gente que estuviera afirmando que iba a votar a Obama por no parecer racista. El candidato demócrata Barack Obama se ha impuesto claramente sobre su rival republicano, John McCain, en una victoria incontestable.

Durante las últimas semanas, han sido centenares los sondeos publicados por los medios de comunicación norteamericanos. A medida que se acercaba el día de la elección se iba consolidando la distancia entre los candidatos a favor del primer afroamericano que ocupará la Casa Blanca.

"El ciudadano en general no engaña en una encuesta. Contesta o no en función de la oportunidad y de como se hace la pregunta", explica Lluís Fatjó-Vilas, consejero y director de TNS (Demoscopia) y presidente de la Asociación de Empresas de Investigación de Mercados y Opinión Pública.

Los sondeos no tienen porqué equivocarse. Lo importante, explica Fatjó-Vilas, es que distinguir su fiabilidad, es decir, saber quién hace el sondeo, ya que hay algunos estudios que forman parte de campañas, y que el trabajo de campo esté bien hecho.

Desde Sigma Dos, José Miguel de Elías, subraya además que hay que tener en cuenta que, si la diferencia entre candidatos es mínima, de menos de un punto, "decir que alguien gana no es factible", aunque los medios de comunicación tengan que dar un titular de quien es el ganador.

Cómo influyen las encuestas en el voto

Al contrario que en España, en Estados Unidos se pueden publicar sondeos hasta el mismo día de las elecciones. Tanto los responsables de Sigma Dos como de Demoscopia se muestran a favor de eliminar la prohibición que existe en nuestro país.

"En España la ley se hizo así por miedo a lo que pudiera pasar, pero en países con democracias más asentadas se hace así", afirma José Miguel de Elías. Los resultados de las encuestas "claro que incluyen, pero no más que los periódicos o la televisión y a nadie se le ocurre decir que no haya periódicos en la última semana", añade.

Fatjó-Vilas, como presidente de la Asociación de Empresas de Investigación de Mercados y Opinión Pública, afirma que "los sondeos reflejan una realidad y dan una información al ciudadano que tiene derecho a estar informado". "Puede influir, es posible, pero en cualquier caso prevalece el derecho a la información".

Diferencias entre las encuestas en EE.UU. y España

Las encuestas de la noche electoral son iguales en Estados Unidos y España. No hay diferencias. Se utilizan los mismos métodos. Como explica Fatjó-Vilas hay dos tipos de sondeos: los sondeos a pie de urna, que consisten en preguntar a una muestra representativa de los votantes que salen de los colegios electorales, y el método israelí, que consiste en seleccionar una serie de mesas electorales representativas y esperar a conocer los resultados del escrutinio.

En lo que sí hay diferencia es en los sondeos sobre intención de voto. El diferente sistema electoral hace, por ejemplo, que extrapolar los datos obtenidos en España sea más complejo que en Estados Unidos por la ley de D'hont.

Es más fácil en el país norteamericano porque allí quien obtiene el mayor número de votos en un estado se lleva todos los votos electorales. En España el reparto de diputados por provincias es distinto y con el mismo porcentaje de votos el número de representantes varía.