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Los republicanos se dieron un breve homenaje

  • Doscientos seguidores de McCain arropan a su líder
  • Ilusión, optimismo y desconfianza en las encuestas

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El Presidente de Spain for McCain, Edward Ruff, posa junto a la figura del candidato reublicano y unas seguidoras.
El Presidente de Spain for McCain posa junto a la figura del candidato republicano.

"La esperanza es lo último que se pierde". Con estas palabras, Edward Ruff, Presidente de la Plataforma Spain for McCain, animaba a los cerca de doscientos seguidores del candidato repúblicano que se dieron cita en el Hard Rock Cafe de la madrileña Plaza de Colón. Era el comienzo de "una larguísima noche, en la que puede pasar cualquier cosa" y en la que Ruff aseguraba que "hay que tener fe".

Junto a los miembros de esta Plataforma independiente, los Republicans Abroad, cuyo vicepresidente, el neoyorkino de 69 años Jim Dodson relataba que lo que de verdad necesita el país es "un presidente veterano y conservador, no un socialista que aumentará los impuestos" en alusión a Barack Obama. Este profesor de marketing pedía además que no se tuvieran en cuenta los sondeos, recordando lo que pasó con éstos en el año 2004.

Una fiesta en la que no faltaron las camisetas y chapas alusivas a la candidatura republicana y en la que el protagonista fue la figura de John McCain en cartón piedra, objetivo de multitud de flashes. Momentos inmortalizados en diversas cámaras y regados por la cerveza fría que durante unas horas corrió a raudales entre los asistentes.

En el ambiente, mucha Ilusión y optimismo de los fieles a McCain en España quienes confiando en que su preferido fuese el nuevo inquilino de la Casa Blanca se dedicaban en corros a relatar sus virtudes. Kala Harvey, de Nuevo México, recordaba que "ofrece experiencia y honestidad". Junto a ella, una familia californiana cuyo cabeza de familia nos asegura que a sus 84 años lleva "sesenta años votando republicano" o Adriana quien destacaba que "McCain tiene una historia admirable" otra razón más por la que debería ocupar el sillón de la Casa Blanca. Al final, todo quedó en un sueño.