Palin mira al Senado para ser la candidata en 2012
- Los problemas judiciales del senador por Alaska pueden forzar su retirada
- Entonces Palin podría convocar elecciones y presentarse ella misma
- La prensa dice que creía que África era un país y que se gastó mucho dinero en ropa
- Ningún candidato a vicepresidente perdedor se ha presentado a presidente desde 1996
Envuelta en el frío y la nieve, Sarah Palin se ha encontrado con una multitud de fieles que sólo repetían una cifra: 2012. "Estamos muy orgullosos de tí", le han gritado cientos de personas a su llegada al aeropuerto de Anchorage (Alaska).
Tras dejar abierta la puerta a su candidatura, la gobernadora sabe que sus opciones pasan por coger otro avión de vuelta, rumbo a Washington, donde defender su candidatura frente a otros 'gallos' del Partido Republicano. Y un viejo senador de Alaska puede darle la llave.
Escándalo de corrupción
Se llama Ted Stevens, es el senador republicano con mayor antigüedad y una carambola del destino puede hacer que sea sustituido por la 'hockey mum' más conocida del país.
La historia es la siguiente: Stevens, de 84 años, partía como claro favorito para renovar su cargo una legislatura más frente al demócrata Mark Begich, alcalde de la localidad de Anchorage.
Sin embargo, todo cambió de manera radical hace una semana, cuando fue encontrado culpable de varios cargos federales por no dar cuenta de manera adecuada de regalos recibidos por un valor superior a los 250.000 dólares.
Para evitar ser contagiados por el caso, Palin y McCain pidieron a Stevens que se retirase de manera inmediata. El veterano senador permaneció en la carrera y ha explotado el victimismo contra la "persecución judicial", lo que parece que le ha valido una apretada victoria de 3.300 votos sobre su rival. Si lo logra, será el primer convicto en lograr un escaño.
Elecciones especiales
Palin se ha limitado a decir que "los electores han hablado", evitando profundizar en la herida. Con todo, sabe perfectamente que Stevens sólo tiene una opción: que la corte de apelación le dé la razón. Si no es así, no le quedará más remedio que dimitir antes de ser destituido.
Ése es el momento que espera Palin. Como gobernadora, puede entonces convocar unas elecciones especiales para ocupar en el escaño a las que ella misma se presentaría como candidato, con una victoria casi segura por su tirón popular.
Entonces podría estar en el Senado, el lugar desde el cual el propio Barack Obama cimentó su llegada a la Casa Blanca.
Allí también tendrá la oportunidad de luchar cuerpo a cuerpo contra sus rivales en el Partido Republicano, que empiezan a afilar los cuchillos contra ella.
África, ¿un país?
Los medios americanos están aireando datos que apuntalan las dos acusaciones que ha sufrido en la campaña: su desconocimiento en política internacional y su derroche en cuidar su propia imagen.
En el primer caso, la cadena Fownews señala que la gobernadora desconocía que África no era un país, sino un continente, y los países que formaban parte del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, en inglés).
Además, la revista Newsweek detalla que, aunque a Palin le pidieron solo que se comprase tres trajes y contratase un estilista para la Convención Republicana, ella se fue a las tiendas más caras de la Quinta Avenida cargando todo a la tarjeta de un donante del partido, que "entró en shock cuando vio la factura".
Por eso, sostiene que el coste de todo fue sensiblemente mayor de 120.000 dólares, a los que habría que añadir otros 40.000 para la ropa de su marido, Todd.
Aunque, sin duda, la escena más curiosa detallada por esta revista es el encuentro entre Palin y los asesores de McCain en un hotel de la ciudad de St Paul, donde se celebró la convención republicana. Cuando entraron en la habitación, se encontraron a la gobernadora vestida tan solo con una toalla.
El síndrome del vicepresidente perdedor
Además de estos rumores, Palin tendrá que luchar contra la historia para convertirse en candidata. Desde el demócrata Mondale, en 1984, ningún candidato a vicepresidente ha repetido cuatro después como aspirante a la presidencia.
El caso de Mondale es diferente, ya que durante cuatro años (de 1976 a 1980) fue vicepresidente con Jimmy Carter. Cuando éste perdió contra Reagan, pasó a ser el líder de unos demócratas muy desorientados.
El problema es que su resultado fue aún peor, encajando una derrota amplísima contra Reagan en el 84. Esta derrota también tiene relación con Palin, ya que llegó con una candidata a vicepresidenta, Geraldine Ferraro que, como ella, consiguió una gran fama en su época, sin que eso supusiese un despegue de su carrera política, que abandonó oficialmente en 1998.
El otro predecente remoto es el del senador Bob Dole, que perdió como vicepresidente de Gerald Ford en 1976 y repitió como rival de Bill Clinton veinte años después, en 1996, con una nueva derrota.